Una Ciudad, una Historia

La ciudad de Medellín ha sido, durante casi dos décadas, conocida y estigmatizada por una historia de violencia, inevitablemente asociada con el comercio internacional del narcotráfico. Esta afrenta, lógicamente, significó una marca de connotación en extremo negativa, no sólo para los ojos que miran desde afuera, sino para los propios habitantes de la ciudad, para sus vidas cotidianas y para su desarrollo a largo plazo.

La semilla de la transformación, latente desde un principio, fue originada en ciertos grupos de la sociedad que buscaron en la política el medio para llevarla a cabo. Hoy, la ciudad experimenta nuevos modos de vida y de movimiento, nuevas maneras de habitar y de relacionarse en el espacio público, nuevas formas de educación y recreación y, sobre todo, un nuevo posicionamiento “emocional” en el presente y hacia el futuro.
Los cambios comenzaron lento con el nuevo milenio, de manera integrada desde el marco nacional y con proyectos revolucionarios y disparadores a nivel local; luego, especialmente durante los gobiernos consecutivos de 2004 a 2007, que se continuaron ideológicamente con el gobierno inmediatamente consecutivo, el proyecto de transformación fue primordial y tenaz. Con un objetivo claro y esgrimido como bandera, de “pago de la deuda social” mediante la propuesta de calidad educativa sin distinción de clases, estos grupos se asociaron con los personajes más distinguidos de la academia así como con otros grupos público-privados de la ciudad, que aportaron gran parte del respaldo financiero necesario para el proceso planteado. Una vez puestos en marcha los procesos detonantes para el cambio social, la ciudad sumó proyectos culturales y recreativos y, finalmente, planes que apuntan a la modelación de una ciudad de oferta metropolitana, en donde la región y el país puedan encontrar y brindar un referente nuevo ante el mundo.
El paso de una historia de estigma a una de esperanza, que conecta temporalmente un pasado no demasiado lejano y un presente que busca proyectar hacia un largo futuro, se relata minuciosamente en este trabajo. El resultado de este proceso, o su causalidad, es reflejado en los treinta proyectos de arquitectura seleccionados, produciendo un segundo relato que se materializa a través de la exposición en detalle de cada uno de ellos, sus propuestas y conceptos, sus técnicas constructivas y su implantación, sus imágenes y planimetrías.
Estos proyectos se han diferenciado en concordancia con las dos propuestas más importantes para la ciudad, recreación y educación, y se ha dedicado un último capítulo a proyectos icónicos, que independientemente de las líneas de acción social específicas, se destacan por su significado para la ciudad y sus habitantes.
Los capítulos que hacen referencia a la recreación y a la educación se relacionan directamente con la gente. El uso de estos nuevos espacios es considerado de mayor importancia, al igual que la implantación de éstos en el paisaje. De esta manera, la descripción de los proyectos efectúa una recorrida espacial que parte de la relación del edificio con el entorno y llega, como fin último, a la escala humana.

El paso gradual de la “escala de la ciudad-paisaje” a la “escala del espacio personal” no es otra cosa que una manera de comprender y facilitar la sucesión de espacios que existen entre nosotros, como hombres, y el mundo externo.
Como parte de este proceso de comprensión y facilitación —en todo caso, una última garantía de que la transición es llevada a cabo amablemente—, es necesario el reconocimiento y la aceptación de que aquella sucesión de espacios precisa de un tiempo para ser salvada, un ritmo, una contención casi musical y, entonces, matemática. Finalmente, un diseño que distinga la complejidad de la psicología humana y los espacios en los que ésta se expresa ritualmente.
Desde su origen y como muchas otras ciudades latinoamericanas, Medellín ha sido, indudablemente, una “ciudad topográfica”. En el presente, y como resultado de su transformación reciente es, además, una “ciudad humana”, que ha sabido llegar de manera resuelta y amable a su propio habitante. Conocido en el ámbito nacional como paisa, el habitante de Medellín es hoy, en su nueva cotidianeidad, el testigo más claro del cambio, su principal beneficiado y el responsable directo de su sostenimiento en el tiempo.

Capítulos

Medellín y la Región del Valle de Aburrá

La ciudad de Medellín es parte de un sistema natural claramente definido dentro del departamento de Antioquia.

El Rol del Gobierno de la Ciudad, Los Grupos Privados y La Academia

El quiebre más significativo entre los proyectos realizados en la ciudad antes del año 2004, y los posteriores a esta fecha, responde a un cambio profundo en las políticas públicas y a la valorización de la ciudad como sistema.

El Cambio del Milenio (el presente)

La iniciativa del gobierno colombiano para la implementación de planes de ordenamiento territorial (en adelante, POT) significó un cambio profundo en la forma de pensar y repensar las ciudades, sus estructuras naturales y construidas, la oferta pública para sus habitantes y su rol participativo.

La Ciudad y su Historia (el pasado)

Medellín es la segunda ciudad de mayor extensión en Colombia, después de Bogotá, y la segunda en cuanto a población.

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