1.8.2013
Soda Haus en Belgrano, Buenos Aires
Como parte de una búsqueda de conceptos diferentes de habitabilidad propusimos un acceso a las viviendas a través de un patio longitudinal central con un núcleo de escaleras lineales, que se va desplegando a lo largo del patio de acceso. Dos volúmenes ensamblados por un conjunto de pasarelas traslúcidas que conectan el edificio, totalmente abiertas al exterior y a su vez preservan la intimidad de lo que ocurre en el interior.
La entrada a cada departamento se da a través de una especie de patio angosto que también comunica con el exterior. Nos interesa la investigación en las circulaciones comunes, tanto en esta obra como en otras del estudio relacionadas a los conjuntos de viviendas, tratar de utilizar tipologías que son poco frecuentes. Es diferente de un edificio de viviendas en altura convencional, en el cual los palieres son cerrados, oscuros y uno accede a su unidad a través de un tubo oscuro y se olvida de la espacialidad del lugar, de la llegada, de la promenade.
Un gran zaguán a escala acorde de un edificio comunitario. O sea, un espacio intermedio entre lo público abierto de la calle y lo privado de cada vivienda individual. En general con nuestros proyectos, investigamos la forma de llegar y de acercarse, tratamos de generar un paisaje nuevo, distinto, que antes no existía en el lugar. Donde al edificio y entorno forman parte de la misma idea, esto se refleja en esta obra. La transparencia de la envolvente permite una articulación con el exterior que a su vez es novedosa por su materialidad.
Este tipo de materiales, el de chapa porosa, es interesante porque la visión desde un lado o del otro es distinta. Desde adentro, como siempre es más oscuro, uno ve hacia fuera con absoluta definición, pero de afuera no es posible ver el interior porque el color impacta, los agujeros son pequeños y no permiten tener permeabilidad visual. De noche es a la inversa cuando hay luz en el interior.