30.12.2013
Mirador Sohlbergplassen, en Stor-Elvdal
El pintor noruego Harald Sohlberg (1869-1935) vivió durante varios años en la zona de montaña de Rondane para hacer los estudios para su más famosa obra, Winter Night in the Mountains. El resultado fue una sumatoria de bocetos desde varios puntos de vista. La posición más reconocible estaba cerca de donde hoy se construyó la plataforma - mirador.
La silueta oscura de los pinos en el primer plano es una cualidad importante de la pintura, enmarcando el casi luminiscente paisaje de invierno. El sitio tiene también una cierta cualidad dinámica, entre los pinos que crecen densamente en la ladera de la colina y las distantes montañas. Esta relación se convirtió en el punto de partida para la geometría y la estructura de la plataforma.
Se ejecutaron varias pruebas mediante la colocación de una escalera contra los troncos de los árboles, tratando de encontrar las mejores vistas y los más interesantes espacios entre los árboles. Luego de registrar digitalmente los árboles y la topografía, la forma de la plataforma pudo ser definida con precisión, de tal manera que ningún árbol tuvo que ser cortado. También fue crucial encontrar un sistema de cimentación que no destruyera las raíces, ya que cualquier fundación tradicional implicaría una sustancial excavación que afectaría a la mayoría de los árboles.
En las primeras etapas del proyecto, la plataforma emergía como una construcción en acero un tanto flexible. Los pilares tendrían «raquetas de nieve» apoyadas sobre el suelo, permitiendo que la estructura se moviera en la época de las heladas. Las pruebas de carga sobre un modelo 3D realizada por el ingeniero estructural demostraron que las vigas curvas se derrumbarían al ser tensadas por la nieve y por los movimientos del suelo. Por ese motivo, finalmente la estructura fue proyectada en hormigón estableciendo una conexión rígida de torsión entre las vigas curvadas y el plano del suelo.
La viga a lo largo del perímetro de la plataforma funciona también como una barandilla. La viga se apoya en delgados pilares de acero con su núcleo perforado en la roca, en algunos lugares a más de 12 metros de profundidad. Las aberturas rectangulares en el suelo permiten que la lluvia y la luz del sol lleguen hasta el terreno. Una escalera conduce al espacio por debajo de la plataforma y al final de la colina hasta el lago.
El piso tiene una inclinación apenas perceptible hacia el exterior de 0,3 metros, dando una ligera sensación de empujarnos hacia las amplias vistas. El movimiento entre los pinos, desde la carretera hacia la montaña, se convirtió en una respuesta arquitectónica a la interpretación expresada en la pintura del artista.