16.5.2017
Residencia Ponce
El proyecto Residencia Ponce fue una de esas escasas oportunidades en las que el arquitecto tiene absoluta libertad creativa de desarrollar sus ideas y de acompañar al cliente en la construcción de su “última” casa, desde la búsqueda del terreno hasta la ambientación final.
El cliente, un empresario dedicado a los deportes de alto rendimiento, fue muy claro respecto a sus requerimientos: una ubicación que le permita realizar sus entrenamientos diarios sin mayor dificultad y una casa con todas las comodidades para relajarse y recuperarse del entrenamiento/trabajo, privilegiando la vida en el exterior que favorece el clima de Cumbayá.
El terreno, de aproximadamente 1000 m2, está ubicado en la urbanización Meneses Pallares. Las características fundamentales para la elección del lote fueron: vistas protagónicas en el eje N-S hacia el cañón del río Chiche e Ilaló, respectivamente.
Potencial orientación de la casa en el eje E-O que posibilita tratar la casa como un elemento acristalado “abierto” hacia las vistas sin tener que protegerlo mayormente del asoleamiento e impacto térmico del clima como sucede en Quito. La pendiente negativa del 20% y ubicación del predio al tope de una colina también fomentan este esquema inicial de diseño.
Este planteamiento llega a su máxima expresión con los voladizos de las habitaciones en el segundo nivel de 3 y 5 m. Estas, dan la sensación de levitar sobre el cañón y fugan, de manera textual, la volumetría de la casa hacia las vistas. A su vez, proveen de sombra al deck exterior.
A nivel organizativo, la casa se compone de tres volúmenes independientes: una barra de tres niveles que contiene los espacios de la vivienda; un volumen sencillo, que contiene los estacionamientos ubicados al borde superior del terreno y como remate del proyecto hacia la vía de acceso; y un tercer volumen, que articula los dos anteriores con una suite autosuficiente destinada para la visita de familiares y amigos.
Esta dinámica de implantación permitió generar espacios exteriores diversos de mucha calidad que solamente se perciben al circular por la casa. Esto le confiere una calidad de constante descubrimiento. A nivel de calle, la arquitectura de la casa es sumamente introspectiva y austera. Sin embargo, esto contrasta con el paisajismo orgánico y elaborado del patio frontal que invita a la casa; los elementos de agua y vegetación variada son temas recurrentes.
El interior de la casa principal se trabajó como dos bandas. La primera, como elemento de doble altura que contiene toda la circulación vertical y horizontal de la residencia. La segunda, como “contenedor” de todos los espacios y elementos programáticos de la casa. La sencillez de esta solución permitió minimizar el requerimiento de paredes divisorias, a su vez, generando un espacio de articulación abierto en el que nuevamente se ha difuminado la separación natural entre el interior y el exterior, trayendo la vegetación al interior de la casa.