24.8.2015
Museo de la Ciudad de Quito, ampliación y nuevo ingreso
Los espacios libres son resultado de una intervención proyectual que les atribuye significado y que permite entenderlos como un circuito transitable continuo que atraviesa y dota de permeabilidad al conjunto edificado.
Valoración de la estructura morfológica de manzana: partiendo de la lectura histórica del estado original de las proporciones y composición de la morfología de la manzana, logrando así, con la propuesta, una intervención clara y legible, de fácil integración al contexto.
Valoración de la estructura-estado actual: se parte de una identificación y valoración de los elementos existentes, de tal manera se privilegian los aspectos de relación urbana, como la secuencia visual hacia la cúpula de la capilla del Museo de la Ciudad y la relación con la plataforma pública de la Av. 24 de mayo.
Jerarquía y conexión espacial entre vacíos: en la propuesta, los espacios libres son resultado de una intervención proyectual que les atribuye significado y que permite entenderlos como un circuito transitable continuo que atraviesa y dota de permeabilidad al conjunto edificado. Se propone articular el edificio al boulevard 24 de Mayo, mediante un puente, abierto al espacio público, que se corresponde con la escala de la plaza y que proporciona a la ciudad una fachada vital y con uso. Se genera así una secuencia PLAZA-PUENTE-PLAZA, en la que el puente actúa como filtro y a la vez ejerce un poder de convocatoria hacia este importante equipamiento cultural, que provoca el recorrido desde y hacia el MUSEO en un descubrimiento continuo de elementos de interés patrimonial y urbano.
Propuesta Arquitectónica
El edificio se dispone como un bloque edificado superpuesto al cuerpo de los estacionamientos construido en el año 2000. Se dispone en forma de “C”, correspondiendo con la lectura morfológica de la manzana, está resuelto en dos niveles, desarrollados entre el nivel de la terraza actual y el nivel de piso de las crujías antiguas.
Se plantean 3 circuitos de circulación, el primero un flujo público de visitantes que se da desde el boulevard 24 de Mayo, atraviesa el vestíbulo al nivel de la nueva plaza del proyecto y se dirige a través de una escalera a los espacios museables ubicados en los claustros antiguos del Museo de la Ciudad. El segundo es un flujo administrativo que conecta los ingresos del museo con la zona de oficinas. Un tercer circuito es técnico, corresponde a un flujo de bienes, comunica el estacionamiento, montacargas, y las zonas de reserva y taller de restauración.
En el nivel de llegada del puente se localizan espacios complementarios, de uso público y comerciales compatibles con el equipamiento cultural, tales como cafetería, aula de conferencias y vestíbulo. En la planta alta, se localiza el área de oficinas de la Fundación Museos de la Ciudad.
La propuesta de intervención en la fachada hacia la calle Morales responde a la intención de resolver el problema de la discontinuidad de la imagen urbana hacia la Av. 24 de Mayo, generada por la orientación de espacios residuales hacia este frente, mediante la recuperación de la característica de homogeneidad urbana dada por la ocupación a línea de fábrica, propia del centro histórico de Quito. Se plantea una fachada como un elemento abstracto y continuo que articula los distintos elementos y niveles existentes, está resuelta con una celosía metálica en su capa exterior y con vidrio hacia el interior de los espacios.
La terraza se plantea como una prolongación del nivel superior existente, es un espacio accesible, en el que se diferencian tratamientos de espacios de estancia y ajardinados que proporcionan distintas experiencias de contemplación del entorno.