14.10.2009
Museo Interactivo de la Historia de Lugo
Situado en la periferia de Lugo. Entendemos que la elección del solar por el Ayuntamiento no es casual y responde a una estrategia de fomentar el conocimiento de la ciudad antes de entrar en ella. Una estrategia habitual en los centros de interpretación. Una periferia como todas, anodina, salvo por la presencia de un horizonte presidido por la campiña rural situada al este de Lugo en primer término y, al fondo, por suaves colinas.
Proponemos:
UN RECINTO CERRADO en sí mismo que se formaliza en planta baja como un gran zaguán-claustro arropado por muros y masas arbóreas de acogida a los visitantes que accederán en vehículo, en el que se sitúan las dotaciones generales para recibir a los visitantes y sobre el que emergen las salas del museo.
DOS MUNDOS SEGREGADOS: Los espacios más activos, de gran trasiego, en planta baja, y en posición elevada el silencio y el sosiego de la zona expositiva. El espacio de acogida y el museístico se comunican visualmente a través de un patio central arropado por una cubierta de vidrio.
UN ESPACIO DE ACOGIDA en planta baja que concentre todas las actividades que generan el continuo trasiego: recepción, información, taquilla, bar-cafetería, administración, acogida de visitantes… Y los espacios servidores del museo.
Las salas de exposición se implantan en planta superior. Unos volúmenes opacos a modos de cajas de doble piel. Al exterior muros de hormigón in situ estructural, mientras que al interior un muro ligero que liberar un espacio visitable para instalaciones. Estos espacios pueden transformarse en el tiempo con suma facilidad para acomodarse a los inevitables cambios funcionales que reclaman todos los espacios museísticos.
El área expositiva se cierra en sí misma creando un PATIO SEMIABIERTO que se abre hacia el sureste a semejanza del paseo de los murallas, asomado hacia la campiña a través de un plano inclinado artificial. Se oculta visual y acústicamente la carretera sin perder la percepción del horizonte y la campiña rural.
EL PATIO, espacio acogedor de estancia, orientado a sureste y arropado por contundentes y opacos volúmenes del museo que lo protegen de los vientos fríos del Norte y las lluvias del Oeste, cubierto parcialmente por una lámina de vidrio que se apoya en los muros de las salas superiores y que desciende suavemente hasta la terraza-mirador ajardinada liberando una grieta horizontal.
Un espacio presidido por la fuerte volumetría de los volúmenes opacos de las salas que arropan un espacio blando, ajardinado, abierto al horizonte verde de la campiña. Se formaliza así un espacio semiabierto, más coherente con la función de un centro de interpretación que un museo tradicional.
Este espacio central de estancia, ofrece la posibilidad de ser usado como museo jardín al aire libre o como espacio de expansión y relajación para visitantes.
Al igual que el recinto histórico ofrece una LECTURA DUAL, al exterior una muralla hermética, dura y oscura, mientras que al interior surge un espacio amable y luminoso presidido por acabados suaves, el museo, del mismo modo, ofrecerá una lectura dual, un haz y un envés.
Al exterior volúmenes herméticos, muros estructurales de hormigón in situ, teñidos de oscuro, brillantes gracias a su pulido, que se facetan para ofrecer una imagen cambiante según varíe la posición del sol.
Al interior, en contacto con los visitantes, surgirán acabados luminosos, suaves, que el patio superior se transformarán en planos brillantes también cambiantes por la evolución del ciclo solar.
Desde la lejanía, el museo se percibirá con rotundidad como un recinto hermético de volúmenes rotundos y oscuros, mientras que en su interior descubriremos un espacio amable y acogedor, asomado al horizonte.