Plaza Mayor de Ódena

El proyecto extiende un pavimento uniforme de piedra natural en toda el área de actuación en el que tendrán que cohabitar los vehículos y las personas, con prioridad de paso para estas últimas.

Cambio de paradigma. De cruce vial a punto de encuentro

La plaza Mayor de Òdena, previamente a su remodelación, no era de hecho una plaza sino un espacio en el que se cruzaban y confluían las seis calles que vertebran el núcleo antiguo de la ciudad. Esta condición, sumada al fuerte desnivel entre los extremos norte y sur, convertía el lugar en un galimatías de cruces viales que dejaba, en sus rincones, algunos espacios de encuentro pequeños, dispersos y aislados entre sí. El uso ciudadano en el centro del municipio quedaba de este modo muy dividido, dificultando en gran medida el desarrollo de la vida comunitaria.

Para revertir la imagen de nudo viario, donde los coches eran los protagonistas y los restos urbanos se los quedaban las personas, el proyecto extiende un pavimento uniforme de piedra en toda el área de actuación. Este manto no especializa ni zonifica sino que junta todos los espacios de la plaza en uno solo por el que los peatones se pueden mover con facilidad, seguridad y prioridad respecto a los vehículos. Para resolver los importantes cambios de nivel y conseguir zonas con pendientes más suaves, para su uso como lugares de reunión (principalmente frente a la Iglesia y al Ayuntamiento), se utiliza un sistema común que se despliega por todo el ámbito en forma de gradas o escaleras. Estos nuevos lugares se convierten a su vez en bancos compartidos, zonas de juego, espacios de reunión y puntos de encuentro. El resultado final es un espacio público continuo, bien conectado y esencialmente vacío, preparado para convertirse en el escenario sobre el que se proyecte, renovada, una vida urbana en comunidad.

Geología e identidad. Un legado que permanece

El término municipal de Òdena se sitúa en el límite entre dos formaciones geológicas: greses y margas. El encuentro entre ellas propicia la presencia del yeso, material que caracteriza la geología del lugar. En Òdena existe una cantera de este mineral, explotada desde el siglo XIX, que todavía hoy sigue en activo. El castillo y el recinto amurallado del municipio, datados en el siglo X, se sitúan sobre un montículo de esta piedra que utilizan como material predominante de construcción. Este mineral, con su característico color blanco grisáceo, es un referente del municipio y está íntimamente ligado a su paisaje, a su historia y a su desarrollo social.

En las grietas que el proyecto provoca, para romper y doblar el manto uniforme de pavimento que se extiende por toda la plaza, emerge y se deja ver el color blanco que simboliza y define al municipio desde hace generaciones y que, desde ahora, tendrá su espacio de memoria y representación en la Plaza Mayor.

Sistema expandible. Pautas para los futuros espacios públicos

La situación económica de los pequeños municipios como Òdena, no les permite destinar muchos recursos al mantenimiento del espacio público, por lo que, una vez obtienen una subvención o ayuda para realizar una obra, deben asegurarse de que la funcionalidad buscada, la calidad de los materiales, las soluciones técnicas propuestas y su puesta en obra sean lo más acertadas posibles, con tal de garantizar un buen uso, durabilidad y un bajo coste de mantenimiento.

El encargo, por tanto, no era resolver solo la plaza como elemento central y simbólico del municipio, sino desarrollar un sistema de intervención en el espacio público (pavimentos, mobiliario, iluminación, arbolado, instalaciones, puesta en obra, etc..) que pudiera extenderse, en el futuro, hacia otras calles del núcleo urbano.