2.9.2015
Parque del Coca: un punto de encuentro en la selva oriental
El efecto se consiguió y la respuesta de la comunidad ha sido extraordinaria: una concurrencia y participación de la población de todas las edades y estratos sociales durante todos los días, especialmente en las noches y feriados.
El objetivo de este proyecto era lograr un punto de encuentro de la colectividad: democrático, transparente, sin límites físicos ni sociales. El efecto se consiguió y la respuesta de la comunidad ha sido extraordinaria: una concurrencia y participación de la población de todas las edades y estratos sociales durante todos los días, especialmente en las noches y feriados.
Se recurrió a la estrategia de estructurar el conjunto con componentes funcionales básicos: una área verde compuesta por árboles y plantas propias de la región oriental que dieron como resultado una espesa vegetación, una suerte de “selva urbana” que otorga sombra y frescura a los senderos; una plaza ubicada estratégicamente en la esquina de mayor movilidad urbana apta para actividades diversas; un escenario de madera (tipo “deck”) cubierto por una estructura ondulada de hormigón, a manera de una “batea” fluminense, cuya superficie inferior convexa permite una eficiente captación del aire provocando un permanente efecto de frescura; un espacio de juegos infantiles de diseño no convencional que corrobora una estrategia ya utilizada por el taller que considera a los niños como una infalible “ancla” para la concurrencia de los mayores a los parques; un estanque de agua cuya forma simula una burbuja extraída de los tres ríos que contornean la ciudad.
Luego están ciertos detalles: los puentes rampas de madera que parecen flotar sobre la vegetación para no “tocarla”, que enlazan el parque con el entorno urbano y los senderos interiores; la bancas prefabricadas de hormigón que permiten acoplarse consiguiendo formas longitudinales y sinuosas; en fin, un muro de hormigón que soporta en un extremo la cubierta del escenario, cuya forma curva responde a un requisito estructural, perforado para dar continuidad visual entre el escenario y el conjunto, convertido en divertimiento de los niños.
En el parque central del Coca los espacios se diluyen hacia lo urbano perdiéndose la idea limitante de la acera y logrando así una integración más allá de la manzana convencional, pero, sobre todo, lo más importante es que se logró conseguir un apoderamiento masivo de la población que se vuelca, especialmente todas las noches, hacia este espacio que se ha convertido en un referente importante de la ciudad.