15.6.2021
Parque de la Independencia
La intervención en un espacio verde, natural y público inserto en el contexto urbano de Bahía Blanca, es una oportunidad para proponer un parque integrador, convocante, inclusivo, autosuficiente y emblemático.
Una de las principales estrategias conceptuales ha sido la recuperación de lo común. El parque se propone como soporte para actividades de índole colectiva como talleres, clases, recitales, asambleas, espectáculos, recreación, descanso y paseo, fomentando el encuentro entre personas.
Una serie de dispositivos funcionarán como “activadores” y como dispositivos convocantes. Ofreciendo al barrio y a la ciudad diversas propuestas para realizar. A partir de una red de posibles actores intervinientes en la escala barrial, urbana, provincial y nacional, se proponen una serie de dispositivos en los que la participación ciudadana se realiza a través de instituciones, clubes, asociaciones, museos, centros de aprendizaje, instituciones educativas, culturales, de investigación científica, entre otras.
En cuanto a la estrategia urbana, la propuesta se centra en la apertura de una nueva calle vehicular, la creación de un “zócalo” seco, que funciona como apoyo a la nueva calle y el tratamiento particularizado de todos los bordes del parque.
La propuesta busca fomentar la biodiversidad y actuar como remediadora. Se reconoce el valor que tienen los árboles, arbustos y otros tipos de vegetación existentes en el parque. Se proponen cinco unidades de paisaje. Una de ellas corresponde a lo preexistente, compuesto mayoritariamente de especies exóticas. Las cuatro restantes son representaciones de los ambientes naturales que confluyen en la región como el humedal, el pastizal pampeano, el bosquecillo serrano y el caldenal. Se busca especialmente atraer a la fauna perteneciente a estos ecosistemas, garantizando condiciones de refugio, hábitat y alimento. Permitiendo de esta manera, una convivencia de lógicas ambientales y antrópicas dentro del predio.
Tanto la decisión de mantener las preexistencias construidas, como la no extracción de ejemplares arbóreos existentes, terminan consolidando una propuesta sustentable y conveniente. Los movimientos de suelo serán mínimos, habrá escasas demoliciones y muchas refuncionalizaciones. El criterio en cuanto a la vegetación será el no seguir plantando especies exóticas invasoras y reemplazarlas en un plan a largo plazo por especies nativas.
En línea a estas operaciones, el parque está pensado con un bajo mantenimiento, entendiendo que debe ser sostenible en el tiempo, significando una buena inversión para la municipalidad.
En cuanto a operar sobre lo que ha sido el zoológico de Bahía Blanca es, en cierta medida, plantear una postura frente al nuevo paradigma de época. Lo que se proyecte, hablará de la relación que proponemos como seres humanos con otros seres no-humanos del planeta.
Las antiguas jaulas y recintos de animales tienen un valor cultural, forman parte de la historia de una ciudad que en un momento tuvo un zoológico y ahora decidió no tenerlo más.
En ese sentido, la permanencia de las jaulas significa la visibilización de una época anterior y la restauración y reutilización de estos recintos, transformados ahora en activadores ecológicos y culturales, darán cuenta de una sociedad que busca generar vínculos respetuosos con el medio ambiente.