12.6.2017
Plazas Magaldi y Unamuno
Dos plazoletas perdidas en la trama intrincada de Barracas, Unamuno y Magaldi, tienen una nueva fisonomía.
Contexto
Las plazas conforman el sistema de espacio público recreativo del barrio. A tres cuadras está el parque Pereyra, pero su escala es Metropolitana. Las plazas Unamuno y Magaldi están virtualmente escondidas: la traza poco ortodoxa del tejido perimetral prácticamente las invisibiliza. Esta especial situación genera un clima íntimo, como de patio interior.
Materia
No hace falta ser muy perspicaz, para imaginar que el mantenimiento de unas plazas escondidas en Barracas, no va a ser el mismo que el de una plaza en Palermo o Recoleta. El desafío fue crear una plaza que cumpla con todas las necesidades funcionales y estéticas, pero que esté construida con materiales duraderos y de bajo mantenimiento.
Sistema
Dos grupos de pérgolas en Unamuno, y uno en Magaldi, se disponen enfatizando la especial situación espacial, funcionando también como señal a escala urbana: las pérgolas indican que en esos interiores de manzana hay un espacio público. Las pérgolas indican, además, la zona seca de la plaza, donde se ubican mesas de ping pong, ajedrez, espacios de descanso.
Vínculos
Las pérgolas tienen una función más importante que dar sombra, reconocen la hermandad entre estas dos placitas íntimas, que dan identidad al barrio y que funcionan como verdaderos oasis urbanos.
Investigación
Las plazas forman parte de una trama de manzanas especiales diseñadas por el arquitecto Fermín Bereterbide. La urbanidad desarrollada alrededor de estas plazas, se debe sin dudas a su intimidad, ya que el barrio está rodeado por situaciones urbanas complejas: la villa 21-24, el riachuelo, una zona industrial de galpones, fábricas y depósitos, y la avenida Vélez Sarsfield como límite hacia una Barracas más consolidada.