26.7.2010
Estadio Cape Town, Ciudad del Cabo, Sudáfrica
El skyline de Ciudad del Cabo está dominado por la Table Mountain, el Signal Hill y el Océano Atlántico. El reto era crear en este lugar único un edificio que lo enriqueciera, que se integrara con su entorno y que no estropeara esa postal de fama mundial. El estadio Cape Town, al pie del Signal Hill, es ahora un punto de referencia.
En concreto, el trabajo fue diseñar un estadio en un área del Green Point Common, un parque público de 80ha ubicado en el centro de la ciudad, que se convertiría en un ícono de Ciudad del Cabo. El parque contiene también el primer campo de golf y el más antiguo club de rugby de Sudáfrica. Está rodeado de zonas residenciales y cerca del distrito central de negocios de Ciudad del Cabo, en el viejo Victoria & Alfred Waterfront, el cual actualmente es la principal atracción turística de la ciudad.
El Green Point Common tiene su historia en Ciudad del Cabo. Originalmente era un desierto rocoso, hasta que en 1923, el gobierno de la Unión de Sudáfrica lo integró a la ciudad como espacio público en el que se crearían zonas de recreo e instalaciones deportivas. En las últimas décadas, el área fue cercenada, y la mayoría de los terrenos dejaron de ser accesibles al público, al haber sido arrendados a clubes deportivos privados y otras organizaciones.
Después de una cuidadosa consideración política, se decidió ubicar allí el estadio Cape Town con el fin de establecer un vínculo entre el centro comercial y el Green Point Common, y de reorganizar las instalaciones deportivas existentes. El Fort Wynyard, el Green Point Cricket Ground y el Club de Golf se integraron al parque público.
Junto con la línea horizontal de la Table Mountain y la parte superior redondeada del Signal Hill, el contorno curvo del estadio actúa como una especie de nota de fondo en una tríada armónica. Ligero en el concepto, el estadio circular es absolutamente discreto y respetuoso de su entorno. Su aspecto varía según las condiciones lumínicas típicas de la zona. Con su piel externa translúcida, que reacciona a los diferentes climas y condiciones de luz en los distintos momentos del día o de las estaciones, y los diversos efectos de iluminación, adquiere un aspecto escultural.
Este concepto de diseño se combinó con los requisitos puramente funcionales. Para los espectadores, el estadio proporciona no solamente una estructura lógica, sino a la vez sensorial, y en el interior genera un magnífico ambiente tanto para el fútbol y el rugby como para la realización de conciertos. El estadio tiene capacidad para 68.000 espectadores, distribuidos en tres niveles, 2.400 de ellos para las empresas y otros 2.500 en palcos. Los medios de prensa y televisión se ubican alrededor del estadio en los niveles 2 y 6, lo que otorga a los visitantes libertad de circulación y una fácil orientación en un ambiente agradable. El campo de juego se puede ver desde el «lobby». A su vez, e «lobby» superior, a una altura de 25 metros, ofrece una vista panorámica del Green Point Common, la ciudad y el océano.
El perfil parabólico le da a todos los espectadores una óptima visión del campo de juego. La fuerte curvatura de la parte superior, en contraste con las curvas más moderadas del borde del techo, son el resultado de su geometría funcional. Durante el Mundial de Fútbol 2010, se instalarán filas de asientos temporales a ambos lados en la parte superior, las cuales en un futuro se podrán sustituir. Con ello, una vez finalizada la Copa del Mundo, se reducirá la capacidad de asientos de 68.000 a 55.000 pero aumentará el número de áreas rentables a fin de contribuir a la viabilidad económica del estadio.
Una objeción crítica sobre la decisión política de ubicar el estadio en ese entorno fue respecto a su altura. Debido al subsuelo rocoso del lugar, el campo de juego y la bandeja inferior no se podían enterrar. Para reducir la altura aparente del estadio, se creó una meseta elevada con las características de un paisaje artificial que media entre el entorno y el estadio y reduce de esta manera la altura percibida del conjunto. Las rampas y escaleras de acceso en tres lados del estadio conducen a esta meseta, bajo la cual se ubicaron: un espacio de estacionamiento para más de 1.200 autos, un área de comercios y el acceso de los camiones de bomberos y de emergencias.
La necesidad de sobrecargar la cubierta plana suspendida para evitar el levantamiento aerodinámico y lograr a su vez el escurrimiento del agua de lluvia sin bombas, nos llevó a una solución estructural innovador: la síntesis de una forma de silla, un techo curvo en suspensión y un sistema de vigas-cercha, con el pesado vidrio del techo para evitar la succión del viento. Estas vigas de celosía de acero con cables de carga forman el núcleo de la estructura del techo revestida en ambos lados. El techo de 36.000 m² es de vidrio laminado. El anillo interior, de 16 metros de ancho, es de vidrio transparente para que el terreno de juego reciba mucha luz natural, mientras que en las áreas exteriores los vidrios son esmaltados para reducir la disipación del calor y la intensidad luminosa en un 80%. La parte inferior de la estructura del techo está, al igual que las fachadas, revestida con una membrana transparente, que no sólo cubre las instalaciones técnicas sino que también proporciona aislamiento acústico. Los sistemas de altavoces y de iluminación se han integrado en el techo. A pesar de las 4.500 toneladas de peso de los vidrios, el techo sigue siendo una estructura ligera en comparación con otras cubiertas de similar tamaño.
La fachada fue diseñada como una membrana de perfil horizontal. Su silueta ondulante transforma la gran escala del estadio en una escultura translúcida. La membrana es un tejido de vidrio semitransparente con un revestimiento plateado que envuelve a la estructura de carga como un velo, al tiempo que permite vislumbrar el interior. Según las cambiantes condiciones meteorológicas de Ciudad del Cabo, la fachada ofrece reflejos que cambian con frecuencia, como las condiciones de luz del día: blanco y luminoso en los días despejados de verano y gris en los tormentosos días de invierno. Al ponerse el sol, el estadio se baña en un resplandor rojizo. Por la noche, reluce como una linterna china, revelando su interior.
El famoso skyline de Ciudad del Cabo ha adquirido una nueva característica arquitectónica. El nuevo estadio ocupa un discreto lugar en el impresionante paisaje urbano del Cabo de Buena Esperanza y en los corazones de los ciudadanos del Sur de África, cualquiera sea su origen étnico.