26.2.2020
Casa de las Tejas Voladoras
El diseño de la casa nace de la búsqueda de la esencia de la propietaria, para ello se indagó sobre temas relacionados a ella. Se identificó en ella mucha creatividad, un espíritu lúdico e inocencia, rasgos exploratorios, una persona sensorial, buscando la sorpresa, descubrir, valorando los procesos, interesada en las mutaciones y los cambios en el espacio.
En este proceso se absorbió mucho de los rasgos peculiares del carácter de la propietaria y se trabajó mediante significados personales. Con motivo de la pasión de la propietaria por las ilustraciones se estableció involucrarnos en sus lógicas y realizar ilustraciones como metodología de diseño (se realizó un libro de proceso).
Después del entendimiento de esta constelación de ideas, se buscó fomentar espacios que permitan atemporalidad, para que ella se sumerja en la lectura, y una intensificación en la relación con algunas externalidades como: la montaña, la vegetación baja, el cielo y con el Guirachuro (una especie de pájaro del lugar).
Para la ubicación de la casa, se realizó un evento con la propietaria, nos reunimos para presenciar el amanecer y entender por dónde sale el sol, además, buscamos un sitio en donde los árboles nos abracen y nos contengan. La casa se adaptó y quedó emplazada entre múltiples árboles, no se retiró ninguno, de tal manera que queda inserta en el lugar como si siempre hubiese estado ahí, resaltando la ubicación de la flora, todos los árboles aledaños son parte de ella. La casa se orienta a la vista predominante para la contemplación de la montaña (León Dormido).
Buscamos hacer espacios que se descubran, que se recorran para poder vivenciar la casa. Desde la llegada hacia la casa, se buscó crear un volumen definido abstracto reconocible (se armó una estructura metálica de la que cuelgan tejas recicladas y nuevas), son “muros” que permiten concentrar la vivencia hacia el interior.
Entrando, aparecen volúmenes y planos que intensifican la vivencia natural, y permiten conectarse en distintas alturas y niveles. Es una experiencia de sorpresa. El cuerpo mayor cubre toda la casa, se configura como un impluvium con un pozo de luz en su lado inferior (en los equinoccios entrará la luz de manera vertical), su forma permite vivenciar alturas bajas hasta llegar a una doble altura hacia la vista. Al exterior es una terraza inclinada contenida por las tejas colgadas y el cielo, este espacio está destinado para lectura.
El segundo volumen es el que configura el dormitorio, su figura corresponde a una conexión visual (de estar acostado en el interior) y en la parte superior es para estar relajado sobre un plano inclinado viendo la montaña de igual manera. El tercer volumen se conforma por planos que abrazan un árbol, todo su follaje está presente en el baño.
Buscamos materiales que nos brinda el territorio y los desechos materiales que nos ofrece la urbe, recolectamos maderas y tejas fuera de uso de tres diferentes casas de Quito. Se buscó reutilizar aquellos objetos que te cuestionas sobre su existencia, que siguen teniendo uso pero ya son desechados. La casa es de madera de abeto, estructura de eucalipto (no consumimos maderas de bosques primarios) y duelas de eucalipto de una casa vieja de la ciudad; totoras del lago San Pablo; tejuelos y tejas.