5.5.2020
Casa El Corte
Un terreno inserto en las yungas tucumanas, con una marcada pendiente y con gran cantidad de vegetación, configuran un microclima especial que motiva el diseño de esta vivienda unifamiliar al pie del cerro San Javier.
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Se intenta mantener la esencia del lugar, conservando la mayor cantidad de árboles y las características del suelo natural, topografía y accidentes del terreno. Se implanta la vivienda tomando como referencia una cota del terreno, quedando parte de esta sobreelevada del mismo, separando “lo intervenido” de “lo natural”. Se divide el terreno en 2, generando espacios exteriores de diferentes características. Un jardín abierto y público, y un patio controlado, íntimo y seguro. La presencia de árboles en el terreno y la intención de hacerlos parte de la casa, llevó a resolver la vivienda en torno a estos, creando patios que los acojan e integren a la vivencia interior. Los 360m2 del programa se estructuran a través de 3 tiras funcionales, un sector privado de dormitorios, un sector social, una tira de servicio y un gran espacio semicubierto de uso mixto. En la planta alta se ubica un gimnasio y una cubierta verde accesible con lucarnas que refuerzan la relación exterior/interior. La casa se configura mediante un muro de hormigón exterior que encierra porciones de terreno en su estado natural, permitiendo incorporar la naturaleza al interior de esta. Quiebres en el hormigón generan espacios exteriores profundos y protegidos, que enmarcan el paisaje.
El proyecto
Vivienda unifamiliar al pie del cerro San Javier, una casa en medio de los árboles.
El sitio
Un terreno de 1680m2 inserto en las Yungas tucumanas, con una fuerte pendiente y con gran cantidad de árboles, configuran un microclima especial que motiva el diseño de
esta casa.
Se intenta mantener la esencia del lugar, conservando la mayor cantidad de árboles y las características del suelo natural, topografía y accidentes del terreno. Se toma la decisión de apoyar la casa en una cota del terreno, quedando parte de esta sobreelevada del mismo, separando “lo intervenido” de “lo natural”.
A pedido del cliente se divide el terreno en 2, dando como resultado espacios exteriores de diferentes características. Un jardín abierto y público, y un patio controlado, íntimo y seguro.
La presencia de árboles en el terreno y la intención de hacerlos parte de la casa, llevó a resolver la vivienda en torno a estos, creando patios que los acojan e integren a la vivencia interior.
Se busca relacionar los espacios exteriores a los interiores, expandiendo los límites más allá del cerramiento interno, incorporando la naturaleza al interior a través de patios, o muros exteriores que la contienen.
La relación interior exterior no es abierta sino controlada mediante espacios intermedios que plantean una transición.
El programa
Los 360m2 del programa se estructuran a través de 3 tiras funcionales relacionadas linealmente en torno a un patio. Se diferencia claramente un sector privado de dormitorios, un sector social integrado, una tira de servicio y un gran espacio semicubierto que funciona como galería y cochera. En la planta alta se ubica un gimnasio y una cubierta verde accesible con lucarnas que refuerzan la relación exterior/interior.
Morfología y materialidad
La casa se configura mediante un muro de hormigón exterior que encierra porciones de terreno en su estado natural, permitiendo incorporar la naturaleza al interior de esta. Quiebres en el hormigón generan espacios exteriores profundos y protegidos, que enmarcan el paisaje.Se busca marcar un contraste exterior – interior: un exterior de carácter rústico, muros de hormigón visto y cubierta verde, y un interior con terminaciones lisas, blancas y pisos pulidos.