4.12.2020
Luciano Kruk, arquitectura minimalista y en sintonía con el entorno
Arquitecto y docente, Luciano Kruk es uno de los profesionales más reconocidos de la escena arquitectónica actual. Su marcado estilo de casas suburbanas, síntesis de materiales nobles en su expresión más desnuda, la cantidad exacta de luz y sintonía con el entorno natural, son algunos de los elementos que han hecho de él un arquitecto que no podemos pasar por alto si del colectivo actual de arquitectura argentina se trata.
Arq. Luciano Kruk | PH: Daniela Mac Adden – PH: Daniela Mac Adden
Luciano Kruk, arquitecto por la Universidad de Buenos Aires, profesor de proyectos de la misma institución y prolífico creador de casas suburbanas, posee, lo que se podría denominar un estilo «sobrio». Su modo de proyectar está atravesado por un minimalismo que se materializa en el uso de hormigón y mucho vidrio, generando así un vínculo contemplativo con la naturaleza circundante, con el objetivo siempre fijo de integrar estas estructuras de manera tal que convivan de la forma más equilibrada posible con el entorno circundante.
Sus influencias fluctúan desde Mies Van der Rohe hasta Richard Neutra, publicó este año su último libro, «Intervenciones en el paisaje«, y tiene ya más de 40 obras construidas. De su experiencia, sus modelos y su manera de ver la arquitectura nos habla Luciano Kruk en la siguiente entrevista:
Tu primera obra fue la casa de tus padres, “Casa Saavedra”. ¿Cómo fue la experiencia de crear una obra para clientes tan próximos?
Sí, mi primera obra fue la casa de mis padres. Yo tenía 24 años o 25 años cuando empecé el proyecto, todavía no me había recibido de arquitecto, de hecho me recibí en plena construcción de esa casa. Como primera experiencia fue muy formativa, no considero que mis padres sean clientes en realidad, lo sentí como una casa para toda la familia; de hecho, yo viví en esa casa una vez que la terminamos, viví un par de años allí. Antes vivíamos en una casa antigua del barrio de Núñez, en Manuela Pedraza y Amenábar, y por un problema económico hubo que venderla y ahí fue que se nos ocurrió comprar un lote en una zona más económica de la ciudad, en el barrio de Saavedra, y que yo diseñara y construyera esa casa. Ese proyecto no solamente lo pensé y lo proyecté, sino que también me ocupé de las tareas de constructor, contratando directamente a cada uno de los gremios que trabajaron para lograrla. También tuve que ocuparme del presupuesto, que era bastante acotado, entonces fue como un ejercicio de aprendizaje muy completo, la primera experiencia de ejercicio profesional, del control de todo lo que implica una obra, la organización, lo que implica el liderazgo de un grupo humano. La experiencia de tener la responsabilidad de lograr el objetivo, con los conocimientos que hasta ese momento había acumulado como estudiante, y también, de cierta manera, establecer los principios que hasta hoy me rigen y que son básicamente el del respeto por el entorno natural o construido, y el de lograr que se viva disfrutando del sol, de la sombra, y del aire y el verde. En conclusión la experiencia fue poner en práctica esos objetivos junto con el cuidado de todo lo que tiene que ver con la construcción, y que, en este caso particular, no fue simple, pues se trataba, en parte, de un reciclaje de una casa muy antigua, de principios del siglo pasado, que se remodelaba prácticamente a nuevo pero con el formato de la casa preexistente.
La mayoría de tus obras están en las afueras de la ciudad, y tu último libro, una recopilación de tu arquitectura residencial más destacada, se titula “Intervenciones en el paisaje”. ¿Cómo haces para congeniar naturaleza y, por ejemplo, estructuras de hormigón? Sabemos que siempre tienes la intención de ser cuidadoso con el medio donde insertas tus obras, ¿Cómo es esto posible? ¿Cómo congeniar lo invasiva que puede llegar a ser la mano del hombre con el respeto por el medio natural?
Primero que nada creo que hay que decir que ya casi no existe el paisaje natural sin intervención del hombre. Prácticamente todo el planeta ha sido intervenido, paisajes que en algún momento fueron vírgenes o fueron naturales ya no lo son. Hoy en día son contados los lugares del mundo donde se puede afirmar que se mantiene cierta naturaleza virgen, como podría ser la Antártida o el Ártico, algunos desiertos alejados o bosques profundos de la Patagonia andina. En realidad, la mayoría de los lugares donde realizamos nuestros proyectos, ya son paisajes intervenidos. Un buen ejemplo es la zona de la costa atlántica, donde hice una gran cantidad de casas, en este lugar la naturaleza está completamente intervenida y domesticada por la mano del hombre, los bosques de pinos no son flora autóctona, no son bosques naturales, las dunas fueron fijadas plantando acacias, que originalmente no era una planta del lugar sino que fue importada, lo mismo que los pinos. Lo que yo busco es, en esa intervención, que estos paisajes que en sí, por más de que ya hayan sido intervenidos por el hombre, tienen un alto valor, intento que el objeto a incorporar, que la construcción a incorporar se inserte, como una pieza que forma parte de ese entorno o que intenta formar parte de él como si fuera una gran piedra artificial que siempre estuvo ahí. La pretensión utópica es la de crear un objeto que si bien uno tiene asumido que es un objeto extraño, no propio del lugar, una intervención humana abstracta, con todo lo que implica construir, desde lo físico, en cuanto al cambio de la realidad de un lugar, siempre el objetivo central es hacerlo con mucho cuidado para que este lugar donde vamos a intervenir, siga manteniendo cierta esencia en cuanto su valor, que siga teniendo cierta armonía y que la construcción no desentone en ese lugar, sino que forme parte de ese sitio.
Casa L4 | Arq. Luciano Kruk – PH: Daniela Mac Adden
En este sentido, ¿Qué papel juega la problemática de la sustentabilidad en tu trabajo como arquitecto?
Desde los primeros proyectos buscamos que los propios recursos de la arquitectura sean los que nos ayuden a resolver los temas de hacer más sostenible y más confortable una casa o un edificio. La idea es que siempre se utilicen los menores recursos y el menor gasto energético. Esto es lo que se suele llamar ahora el uso de los recursos solares pasivos, que fueron estudiados desde los inicios del movimiento moderno, y que por ejemplo en nuestro país tenemos la obra de Wladimiro Acosta y lo que él llamó el sistema Helios, que consiste en el estudio riguroso de las curvas de incidencia de la luz del sol en cada latitud, en cada horario y en cada día del año con el objetivo de aprovechar éste recurso energético gratuito lo máximo posible mediante sistemas de brise soleil, para que durante los meses de calor, el sol no incida de forma directa sobre superficies vidriadas y no produzca efecto invernadero, y de forma contrario en los meses de fríos utilizar la incidencia de los rayos del sol para ganar calor, otro tema es cómo trabajar las ventilaciones cruzadas, o sea, todo este tipo de recursos que se resuelven con la propia arquitectura y sin elementos adicionales, como podrían ser paneles solares que aún hoy si bien son mas accesibles siguen resultando muy costosos, este tipo de implementos creo que los incorporan cuando la problemática no fue resuelta previamente por la propia arquitectura. En este sentido se podría decir que el hormigón también resuelve otro aspecto muy importante: el del mantenimiento posterior pasa a ser casi nulo y esto también hace más sostenibles los edificios, porque son recursos que se evitan; todo lo que tiene que ver con la vida útil y los costos de mantenimiento de una casa o un edificio aportan a la sustentabilidad de una construcción. Últimamente se discute que el hormigón es un material contaminante, pues hay un dato concreto: el cemento, en su proceso químico de producción, emite dióxido de carbono, este problema hoy se está revisando, la industria cementera tienen una gran responsabilidad, junto a los Estados obviamente, de reducir esas emisiones invirtiendo en la reconversión del proceso. Por otro lado, también me interesa desarrollar proyectos con diferentes materiales, y en eso estamos trabajando hoy. En algunos proyectos estoy utilizando otro tipo de materiales de construcción liviana y en seco, que aportan otro tipo de beneficios como básicamente la eficiencia térmica de las viviendas. Por lo tanto y en el sentido que decía antes, siempre lo ideal es pensar la problemática como un requerimiento inicial a resolver por la propia arquitectura: el asoleamiento, la orientación, las ventilaciones cruzadas y los aleros que protegerán los vidrios de cada ventana. Utilizar este tipo de recursos, además incorporar nuevas tecnologías y materiales más eficientes para lograr estos objetivos.
En tu labor, ¿Cómo sopesás las exigencias de los clientes, con relación a tus máximas y/o convicciones como arquitecto?
Creo que el cliente obviamente juega un papel importantísimo en el desarrollo de un proyecto, ya que de alguna manera hay que buscar armar un equipo en el que uno esté en sintonía con el cliente, y al que luego se incorporan el resto de los actores: los constructores, por ejemplo, todos deben sumar en ese equipo; y lo que de alguna manera busco en esa relación es que mi cliente entienda que todo lo que les voy a proponer es lo que yo haría si fuera mi propia casa. O sea, tomo cada proyecto como si fuera mi propia casa, incorporando además lo que cada cliente en particular me aporta: sus sueños, fantasías, sus percepciones estéticas, todo lo que tenga en mente y todo lo que busca para su proyecto. Normalmente soy muy organizado y estricto en cuanto a los requerimientos de los clientes, preparo un texto en el que transcribo todas las conversaciones con ellos y me enfoco en resolver los proyectos, habiendo tenido en cuenta todas esos demandas, me cercioro de que todos los requerimientos sean funcionales o estéticos, y a esto le sumo la información física de cada proyecto, lo que llamo el dato duro, es decir lo que tiene que ver con cada terreno particular, su entorno, su paisaje, su orientación, los árboles existentes, las normativas, etc. Con todos esos datos lo que hago es pensar una estrategia básica que sintetice todo lo mejor posible.
Mis objetivos personales para los proyectos son siempre recurrentes: la búsqueda de un espacio que se alimente de la luz natural, incorporada de diferentes maneras y vinculado con el exterior de cierta forma que pretende no desentonar con el entorno.
Casa S+J | Arq. Luciano Kruk – PH: Daniela Mac Adden
Se sabe que uno de los arquitectos «históricos» que más admiras es Mies van der Rohe, ¿por qué esta preferencia? ¿Qué es lo que específicamente te agrada de su arquitectura? ¿Tienes también una predilección particular por la arquitectura moderna?
Tanto Mies van der Rohe como Le Corbusier, Alvar Aalto, Marcel Breuer y Richard Neutra son los grandes referentes del movimiento moderno de principios de siglo XX. Son arquitectos que llegaron a un nivel de exquisitez en su arte, genios en la historia de la arquitectura. El manejo de los materiales, de los espacios, de la luz, supuso la ruptura histórica que emprendieron tanto desde la forma de construir como en la manera de aprovechar las nuevas tecnologías. En el caso de Mies Van der Rohe es muy interesante cómo logra que cada material exprese la relación del objeto arquitectónico con el entorno. En el caso de Le Corbusier, el resultado de los espacios interiores y de los recorridos de sus obras. Fueron los grandes creadores, los grandes genios de los cuales creo que todos los arquitectos aprendemos.
He leído que, además de van der Rohe, uno de los arquitectos actuales que ha influido sustancialmente en tu obra es el suizo Peter Zumthor, especialmente a través de su teoría respecto de la materialidad y el uso de lo esencial. En este sentido, y tomando las ideas de Zumthor, en tus proyectos, ¿cómo llevás a la práctica la tarea de infundir sentido y significado a la materia más allá de los propios que la constituyen en su funcionalidad, es decir, ¿cómo trasciende ese sentido fuera de ella misma y de su estatuto funcional? ¿Qué elementos materiales influyen en esta apropiación de sentido de la obra arquitectónica? ¿los sensoriales, como la luz, por ejemplo?
Lo que aprecio y aprendo de Zumthor, como también de otros arquitectos como los españoles RCR, o el chileno Smiljan Radic, es cómo la construcción trasciende su destino funcional y se convierte en una obra de arte total. Lo que lo convierte en eso es una serie de cuidados: cómo está pensada, el uso de los materiales que conviven entre sí y con el entorno, cómo la luz resalta los materiales, los reflejos que crean sensaciones, cómo se generan contrastes entre lo luminoso y lo oscuro, entre el adentro y el afuera, un espacio interior y exterior. La arquitectura es básicamente uso de la luz y proporciones; las proporciones de los espacios y de los elementos que conforman los límites. La construcción se trata de establecer límites a los lugares y cómo son esos límites, qué proporciones tienen, dónde se abren, dónde se cierran, de que material se componen, el color… Me parece que, sobre todo, la clave en estos arquitectos es la síntesis y el uso acotado de materiales, esto intensifica sensorialmente los efectos que provoca la luz cuando ingresa, cómo rebota y cómo se refleja y cómo es cambiante cuando incide en distintos ángulos según las horas del día y la época del año. Esto es lo que yo aprendo de estos maestros contemporáneos.
Casa Rodríguez | Arq. Luciano Kruk – PH: Daniela Mac Adden
¿Qué piensas del papel que han jugado las arquitectas en la historia de la disciplina, te parece que, efectivamente, han sido veladas por la tradición?
Sí, efectivamente han sido veladas no solo en nuestra disciplina, sino que en la mayoría. Todos conocemos la historia, cómo las mujeres han sido postergadas hasta mediados del siglo XX, donde se empieza a producir un cambio, una revolución importante que sigue vigente hasta hoy. Creo que, en parte, no absolutamente, se ha logrado revertir esa situación. La resolución de esta injusticia que se dio en la humanidad, es algo que llevará más tiempo, y que, si bien las arquitectas a las que les ha tocado trabajar en esa época han estado desfavorecidas, hoy en día me parece que la situación es diferente. Todavía hay muchos problemas a resolver, no se vive la misma situación hoy que la que vivieron las arquitectas de hace 50 años, hay una distancia con esa generación. Veo que las nuevas generaciones tienen otro concepto, en el que las mujeres y los hombres estamos integrados y no presentan cuestiones de la sociedad machista, como era hasta hace pocos años. Uno ve ejemplos culturales, de la televisión, por ejemplo, de hace apenas 20 años que hoy chocan y es imposible pensar que se puedan repetir actualmente. Se va a seguir produciendo el cambio, y cada vez más aceleradamente. Creo que es cuestión de 20 años más como para que la justicia y la integración entre los géneros sea la que debe ser, y que no haya diferencias.