Residencia en Kifissia, Atenas, Grecia

Para habitarla, la casa se retira. Tres columnas metálicas soportan una red de cables de acero inoxidable donde las plantas ya han comenzado a trepar a fin de generar un volumen igualmente importante para el prisma de la casa. Cuando las plantas hayan crecido la pantalla verde penetrará por columna central negra de la vivienda. La superficie de basalto acuosa en la que se apoya refleja la luz en el interior. El hormigón a la vista está teñido en un tono oscuro para darle una mayor profundidad, un sentido de anclaje. La luz artificial es administrada con cuidado y una luz tenue protege la intimidad.

La cáscara se mantiene intacta en la fachada principal. La imagen pública de la residencia retrocede detrás de las plantas. El vigoroso prisma permite que entre el sol y funciona como un refugio para el espacio de vida que hay por debajo. Cuando los paneles deslizantes se retiran se fusiona completamente con el jardín.

El espacio que crea el prisma elevado es el principal gesto de la composición. La manera en que se realiza este gesto es crucial: es la forma a través de la cual el prisma flota con el soporte de la columna central. Una tensión calma se alcanza, una correlación simple y clara de las fuerzas. La sinergia entre el diseño estructural y el arquitectónico resulta en una residencia donde el contenedor no es más importante que el terreno, sino que están yuxtapuestos el uno con el otro.

Original Text in English

The residence’s plot is small and an adjacent building almost blocks the southern sun. The main part of the field should remain free and become the residence itself: an austere prism, centrally supported, hovers above the liberated ground. At first, an area was defined: a cubic shell of plants creates a limit for the house. In order to reside, ones withdraws in. Three metallic columns support a net of inox ropes where plants have already started to climb in order to generate a volume equally important to the house’s prisms.

When the plants are grown the green screen will be penetrated only by the black, central column of the concrete shelter. The basalt-watery surface on which it is based reflects the light in the interior. Exposed concrete is dark tinted where a greater depth, a sense of anchoring was necessary. Artificial light is cautiously managed in order to protect the night and the intimacy that dim light offers.

The shell remains intact towards the main façade. The public image of the residence will eventually recede behind the plants and the house will claim the whole field. The vigorously detached prism lets the sun enter and functions as a shelter: living space lies beneath. When the sliding panels retreat, the merging with the garden is complete.

The space that the elevated prism creates is the main compositional gesture. The manner that this gesture is performed is crucial: it is the manner through which the hovering prism is supported by the central column. A calm tension is realized, a simple yet clear correlation of forces. The synergy between structural and architectural design gives a residence where the shell is not more important than its field. Those are juxta-posed: one to one.