24.8.2010
Center for Hearing and Language in Zurich, Switzerland
El parque está dominado por un voluminoso edificio, una vieja escuela de principios del siglo XX que ha tenido muchísimas ampliaciones. Con el fin de no menoscabar ese edificio, el nuevo Centro de Audición y Lenguaje de Zurich se ha construido en el parque como un edificio aislado. Girado respecto a la geometría existente, el nuevo Centro se enfrenta al edificio principal más como una constelación espacial que siguiendo un determinado orden geométrico. De esta manera, las áreas al aire libre se organizan y refuerzan en su diversidad, sin menoscabar la continuidad del espacio del parque. Situado entre los abedules, el Centro aparece como un pabellón único frente al edificio principal. Las salas de fisioterapia y la zona de la entrada conforman el porche de una planta. Detrás, las aulas con sus habitaciones contiguas, se repiten en las cuatro plantas. La entrada, los pasillos y las escaleras se conciben como un espacio abierto, despojado y aparentemente sin color. La inmediatez de este trabajo estructural contrasta con la precisión de los acabados. La atención se centró en la realización de algunos detalles, como la finura de los rieles de acero de las barandas, el pasa-manos de roble y la calidad escenográfica de la alfombra roja. Las aulas, sin embargo, están construidas con materiales robustos de alta calidad y de color: el revestimiento de las paredes en madera de color y acero cromado, el yeso de las paredes con magnetita, los solados con parquet de roble. El nuevo edificio está totalmente revestido con aluminio en bruto plegado, similar a una piel, y sólo la fachada principal sigue siendo libre. Los bordes afilados son una reminiscencia de los instrumentos de la óptica. La piel de aluminio está perforada y se presenta como una cortina tejida. Al igual que un camaleón se asimila a su entorno -desaparece de repente, para reaparecer en el mismo lugar-. Además, a través de una fina y precisa ejecución, el aluminio en bruto pierde su fama de material efímero y ordinario utilizado sólo en las construcciones efímeras.
The park-like site is dominated by a bulky, authoritative old school building from the early twentieth century that has had many extensions added. In order to not detract from this building, the most new building has been set in the garden as a solitary building.
Rotated from the existing geometry, the new center faces up to the main building rather in a spatial constellation than in a geometric order. Thereby, the outdoor areas are organized and enhanced in their diversity, while not affecting its park’s space continuum.
Set in between the birches, the new centre appears as a one-storey pavilion versus the main building. Physiotherapy rooms and the entrance area form the one storey porch. Behind, classrooms, with related adjoining rooms, repeat on four floors. Entrance, corridors and stairways are thought as one open space, kept rough and supposedly colorless. The immediacy of this structural work contrasts with the precision of the finishing. The focus was on the realization of a few details such as the fineness of the steel hand rails, the comfortable grip of the oak hand rail and the scenographic quality of the red carpet.
The classrooms, however, are all built with robust, high-quality and colored materials: Wall linings in colored timber products/durable chrome steel, wall plasterwork with magnetite/lime, floors in oiled oak industry parquet.
The new building is clothed in raw aluminum which is folded, similar to a skin, around the building; only the main facades remain free. The sharp edges are reminiscent of optical instruments and their bellow geometry. The aluminium skin is perforated and appears as a woven curtain. Like a chameleon it assimilates to its environment – disappears suddenly so as to reappear in the same place. In addition, through the fine and precise workmanship the raw aluminium loses its renown as an ephemeral and ordinary material used only for temporary buildings.