10.6.2010
‘Siete Fotogramas’, Vivienda Unifamiliar
PAAAR es un colectivo formado en 2007 por Marcos Calvari, Leonardo Jáuregui y Leandro Zapata, cuya intención es fundir el dueto arte | arquitectura mediante un acercamiento intuitivo a diversas disciplinas.
A partir de una formación académica complementada con intereses alejados de las corrientes netamente arquitectónicas, se experimentan con igual ímpetu construcciones empíricas concretas e investigaciones conceptuales, de libertad artística o racionalidad en diseño, dejando de lado la seguridad de los pequeños conocimientos para adentrarse en la vorágine que implica el hacer lo que no se sabe hacer.
«Siete Fotogramas» Vivienda Unifamiliar
«Tengo un loco e incontenible deseo de asesinar a la belleza» – Tristán Tzara
El abordaje de este proyecto como algo “lindo” sería un intento forzoso de acercar a connotaciones positivas una obra que no pretende ser dadivosa. La avidez arquitectónica de “agradar” en un sinnúmero de actos complacientes exprime nuestra mejor y mayor perversión, ya que se escenifica un terreno moldeado melosamente en nombre de la poética, haciendo que el usuario, al no encontrar la forma de relacionarse con el edificio construido, deba adaptarse perfectamente a cada rincón. Esta suerte de mentira altruista tan redundante encuentra su contraindicación, por ejemplo, en tres situaciones dentro de esta vivienda: La Perturbación, que intenta poner en crisis una sensibilidad adormecida del espectador-usuario dándole lugar al error, lo que genera una interacción que remonta la vida verdadera de (y dentro) la casa. Los usuarios (una pareja sin hijos) son sometidos al rigor imperfecto de una persona (arquitecto) que impone instrucciones de vida totalmente vulnerables, en tanto que el espectador ocasional (transeúnte en la vía pública, visitante, intruso, etc.) percibe una obra que prácticamente da la espalda al espacio público, negando toda sociabilización directa para concentrarse en la introspección casi absoluta. Esta sentencia dramática genera una relación entre espacio privado y público cercana a cero, asimilando tanto los requerimientos del cliente como la inevitabilidad de los límites tajantes. La Indiferencia, que propone una multiplicidad de destinos al encierro entre las paredes que deja de lado la intervención arquitectónica y da lugar al azar en la determinación de los espacios.
La indeterminación de cada uno de los siete fotogramas es una autocondicionante que pretende encontrar un conflicto proyectual (el no-diseño), poniendo en crisis las pretensiones de los arquitectos pretensiones y dotando de autonomía al residente en la conformación de su casa. Es el espacio donde el sometimiento arquitectónico encuentra respiro, conformando un telón de fondo que permite articular las piezas en composiciones infinitas. La Carencia de Belleza, no como algo que con el tiempo de asimilación se convierte nuevamente en algo bello, sino como verdadera forma original y franca de goce estético. Esta especie de perversión puede verse dos veces: entre los arquitectos, en las ventanas anecdóticas que molestan ante la pulcritud (y por eso parecen irritablemente interesantes); y entre los vecinos, en la monstruosidad del paredón moldeado. Ambas cosas funcionan a modo de carnada para provocar sensaciones encontradas, asimilando la contradicción como un hecho fortuito. Se cree que si existe algún vestigio de vocación de servicio en la arquitectura se encuentra en el juicio nulo de “corrección” que se podrá hacer con respecto a una obra, ya que el arte, la arquitectura, el hombre y sus manifestaciones del presente dan mucho más que para eso. Está más allá de nosotros cuestionar cada una de estas tres acciones, ya que es inevitable que encarnen la vida cotidiana afectando nuestra sensibilidad para poder, así, acomodarnos al aquí y ahora.
Construcción:«Siete Fotogramas»
Estructura:Tradicional portante de ladrillo hueco y hormigón armado
Pisos: de hormigón, terminación alisado
Cubiertas:Cubierta de estructura de cabios de madera, con aislación de lana de vidrio y terminación de chapa de zinc. Sobre galería losa de hormigón.
Revestimientos: Exterior de microcemento alisado color gris. Volumen de cocina pintado al látex color amarillo. Paredes interiores pintadas al látex blanco. Cielorraso suspendido de placas de roca de yeso.
Carpinterías: de piso a techo en aluminio anodizado, marco color gris, triple vidriado hermético. Los postigos de la galería son corredizos, con guías y carros metálicos. La estructura de los postigos es de ángulos L de hierro y de caño estructural. El revestimiento es de tablas de madera de 1” x 4”. Los paneles del interior de la vivienda son corredizos, con estructura de aluminio y revestidos con placas de fibrofácil pintado con esmalte sintético blanco.