20.7.2016
Vivienda Huertas
Ubicado en una zonas residencial cerca de Madrid, este piso en la segunda planta de un edificio planteaba los típicos inconvenientes de muchos inmuebles de hace unas décadas: una excesiva compartimentación y una distribución que desaprovechaba el espacio útil.
«Una vez analizadas las condiciones, decidimos derribar todo y empezar de cero. Dos problemáticas superables con la ayuda de los herrajes de Klein y los paneles móviles.»
Sin duda, uno de los elementos más característicos y distintivos de esta vivienda es la “caja negra”. Alrededor de ella se circula del salón a la cocina y de las habitaciones a la cocina o al baño.
La cocina es el espacio pensado para el encuentro de todos, desde todos los sitios de la vivienda. Amplia y luminosa, es un espacio acogedor donde pasar la mayor parte del tiempo.
Otro de los puntos singulares de este piso es la posibilidad de ver todo el largo y el ancho de la vivienda, lo cual aporta amplitud a la hora de vivir el piso.
La nueva distribución resultante consigue proporcionar ambientes más amplios y prácticos, integrados entre sí, para disfrutar mejor de todo el espacio útil desde cualquier zona.
En los baños, el pavimento de roble se mantiene también en estas estancias húmedas. Y se utiliza piedra natural en las duchas. El resto de equipamiento es coherente con el estilo general de la vivienda: líneas rectas y puras y blanco absoluto.
Todo el pavimento de la casa es de parquet industrial, sin rodapié.
En resumen, el proyecto de rehabilitación de esta vivienda ha sabido dotarla no solo de una distribución más cómoda y racional, sino también de una personalidad totalmente nueva y más actual, en la que no hay cabida para los huecos difíciles o los espacios desaprovechados.
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