20.3.2017
Vivienda en Punta Colorada
Un refugio de temporada. Monomatérico, sometido a operaciones formales simples, integrando el entorno inmediato mediante expansiones de una tipología básica con gran impronta de la espacialidad interior y exacerbación material exterior mediante su fachada de madera ventilada.
El cliente: contador, soltero de 32 años, surfer, fan del indio Solari y jugador de fútbol amateur. El encargo fue una casa/refugio de temporada con la posibilidad de ser utilizada en invierno o en un futuro como vivienda permanente.
Dos requisitos iniciales. Por un lado, la materialidad, una casa construida en madera. Por la nobleza del material, la calidez que brinda, y la experiencia que surge de la interacción con el mismo (sonidos, texturas, olores). Además, la posibilidad de que el propietario pueda involucrarse en la construcción de ciertas partes de la misma. En segundo lugar, la posibilidad de lograr una doble altura interior.
Punta Colorada se trata de uno de los balnearios sobre costas oceánicas de Maldonado, Uruguay, con un perfil de descanso y contemplación. El sistema de dunas móviles sobre el borde de playa invade la ruta frecuentemente debido a la incidencia de los vientos y hacia el interior de la trama se aprecia un bosque denso y robusto dominado por pinos marítimos y eucaliptus, que por tamaño y antigüedad otorgan gran personalidad al paisaje del balneario.
Se trata de un padrón único en forma trapezoidal de unos 900 m2, en una de las zonas menos pobladas del balneario, con fachada principal prácticamente norte. Se decide acondicionar predio dejando intacto el paisaje sobre la zona posterior para que la vivienda adquiera esa dimensión de “cabaña en el bosque”, el resto de los árboles que se mantienen son eucaliptus jóvenes ubicados sobre el perímetro.
La misma se desarrolla en una secuencia espacial interior paralela al frente, dividiendo el terreno en el sentido transversal, logrando exacerbar el carácter privado del patio hacia el fondo y el patio abierto de ingreso hacia la calle.
Planta simple y compacta que permita agrupar los servicios y circulaciones, para conectar (y aislar) la habitación principal, el altillo y el espacio integrado de cocina y estar de la vivienda. El altillo ubicado sobre el bloque de servicios, abierto a una doble altura distorsionada por la abrupta inclinación de la cubierta busca incorporar intensidad a la espacialidad interior, intentando desligarse del esquematismo geométrico y formal que se busca en las plantas.
El espacio principal de la vivienda es un espacio pasante, capaz de incorporar con control el exterior inmediato al frente, sumamente ligado al uso del alero macizo, y a su vez la expansión privada hacia el fondo con una salida franca y plena, que vincula el living-comedor con el “bosque” a través de un ventanal de tres hojas apilables y un extenso deck de madera que duplica la superficie de suelo interior en su proyección horizontal (asumido dentro de las tareas a realizar por el propietario posteriormente, a la fecha no ejecutado).
El objeto es un elemento mono material pensado a partir de un sistema de paneles prefabricados en taller y montados en obra. Revestimiento de paneles fenólicos al interior, estructura principal en Pino Oregon tratado ACQ y fachada ventilada al exterior con Pino Nacional tratado CCA.
La forma surge de someterlo a pocas operaciones formales, precisas y simples capaces de transformar la habitabilidad del objeto desde el tratamiento de la masa. El socavado frontal da lugar al alero de ingreso y expansión, potencia la geometría extruida por la posición de la escalera en conjunto con la inclinación pronunciada de la cubierta dando forma a una pieza única y compacta. Sobre la fachada posterior y laterales se generan aperturas directamente sobre los planos de madera en busca de una sensación de cáscara hueca en el conjunto.