Villa BJ, una extensión subterránea incrustada en el paisaje

En aquel entonces, la casa estaba ubicada en una zona pobre y aislada habitada por agricultores, pero en las siguientes décadas la ubicación se convirtió en uno de los distritos más ricos de Portugal.

Los clientes compraron la granja hace 30 años y decidieron extender la acogedora, pero en gran parte anticuada, casa de vacaciones a un espacio abierto, una casa moderna para su próxima jubilación.

La pendiente muy empinada de la parcela y el deseo del cliente de mantener la tierra lo más intacta posible, incluso después de la extensión, llevaron a la idea de construir una casa subterránea, una casa cuya envolvente está completamente incrustada en el paisaje, camuflada con un techo verde y con grandes cortinas de vidrio, no visibles desde la carretera, y que se abren hacia el sur.

La forma curvada del techo se diseñó para imitar el flujo natural del paisaje y continuar en el alero del techo, que se calculó cuidadosamente para evitar que el calor entre al espacio abierto, cuando el sol se encuentra en su punto más alto en el verano. Durante el invierno, el suave calor del solar es bienvenido, con el techo curvo que proporciona calefacción pasiva.

El posicionamiento de las cortinas de la ventana hacia el sur y el patio de olivos hacia el norte desempeñó un papel importante en la ventilación cruzada natural de la extensión. Este factor en combinación con un sombreado curvo calculado específico asegura un ambiente de vida cómodo.

Para cumplir con las demandas sísmicas de construcción en el sur de Portugal, la extensión se construyó con una estructura de esqueleto de hormigón. El alto aislamiento térmico alrededor de la envoltura completa del edificio fue crucial para lograr el estándar de energía deseado de esta extensión con eficiencia energética. Para las paredes exteriores, se utilizaron bloques térmicos con alto aislamiento térmico (ETICS). En cuanto al calentamiento de agua, se instaló una bomba de calor de eficiencia energética conectada a paneles solares para calefacción por suelo radiante y agua doméstica.

CORE también agregó un techo verde, también llamado techo vivo, con vegetación plantada en toda la extensión de 150 metros cuadrados, como sedum y flores silvestres. La exuberante vegetación crece en un sustrato profundo y rico en nutrientes y sustituye la necesidad de las tejas. Debido a las altas temperaturas en el verano, un techo de tejas puede alcanzar hasta 120 grados Celsius, dependiendo del color de las tejas. Un techo verde nunca supera las temperaturas de más de 40 grados centígrados, ya que las plantas mantienen su «temperatura corporal» y, por lo tanto, el techo siempre está fresco y no calienta el espacio de abajo. Además de mejorar el aislamiento térmico, un techo verde también mejora el aislamiento de ruidos para el espacio habitable. Los techos de vida instantánea necesitan muy poco mantenimiento e incluso en el Algarve, muy poca irrigación. Además, la fauna local atrae a nuevos habitantes y proporciona una fuente de alimento regular, las plantas actúan como filtración de los contaminantes del aire y proporcionan una mejor calidad del aire en las áreas edificadas.

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