Torre de 75 viviendas en Plaza Europa, Barcelona

Agrupar y diversificar
Los edificios en altura no se generan necesariamente por la superposición reconocible de unidades de plantas, viviendas o ventanas. Hemos ensayado el agrupamiento de las aberturas y el despiece de fachada cada tres plantas, imaginando la torre como el resultado de 5 niveles en lugar de 15.

Este cambio de escala dibuja la torre organizativamente como una pieza vinculada al nuevo perfil de la Gran Vía por su altura total y, al mismo tiempo, más próxima a la ciudad consolidada del entorno por su percepción como objeto de 5 partes.

Plano cinematográfico: plano largo – plano corto – primer plano
Reescalamos la torre atendiendo a su posición como pieza en el límite con los tejidos consolidados de Hospitalet (bloques de 5 plantas) intentando visualizar con el edificio un tránsito entre estos y las torres de la Plaza Europa.

Así, agrupando las plantas de 3 en 3, la imagen de la torre, percibida en una especie de plano cinematográfico largo, podría acercarse a la de un edificio de 5 plantas de altura. Siguiendo esta ley de agrupamiento, las ventanas se transforman en marcos o tribunas invertidas hacia el interior, de 10 metros de altura y diferentes anchuras y profundidades.

Como enseñan algunas de las imágenes en “plano corto” que produjimos para el concurso, estos marcos evitan la impresión de vértigo porque entre el interior de las viviendas y el exterior siempre se sitúa un elemento intermedio: balcones, jambas o los dinteles de estos grandes huecos.

En estas tribunas invertidas la fachada se va moviendo de dentro a fuera en una banda de 1 metro, lo que permite que las viviendas tengan tres orientaciones solares y que multipliquen sus visuales.

Público – colectivo – privado
Los 7.600 m2 de superficie edificable se acumulan en las plantas 2 a 14, liberando un gran espacio en el vestíbulo de 2 y 3 niveles de altura. Esta pieza, generosa en volumen y sobria en medidas y acabados, en su dimensión más larga acaba siendo una calle con accesos desde los dos extremos.

Los grandes marcos de las fachadas, como el vestíbulo, trabajan como espacios intermedios de relación, configurando la escala de lo comunitario, entre la escala de lo individual y lo privado de las viviendas y la escala de lo público de la ciudad.

De fuera a dentro
¿Las viviendas? A cada pareja que venga a vivir a esos 50 metros cuadrados se le está entregando un pedazo de perspectiva que llega en muchos casos a Montjuïc o al delta del Llobregat y a varios kilómetros de mar. Se vivirá muy bien.

Esta calidad visual no es automática por el hecho de ser una torre de 15 plantas. Que los apartamentos tengan esas visuales tiene que ver interiormente con la dimensión y la frecuencia de las ventanas verticales y al mismo tiempo, en sentido contrario, con que la exposición de lo doméstico (toda la maquinaria de cocinas, chimeneas, lavaderos, tendedores y otros) se traslada al exterior de una manera discreta por compromiso con el entorno.

Las plantas pueden ser transformadas con mucha facilidad por los usuarios (divisorias montadas sobre pavimentos continuos), a excepción del perímetro articulado de la fachada y los núcleos técnicos de las viviendas.

Construcción sostenible
Los materiales utilizados en la construcción de la fachada son 100% reciclables. En cuanto a su origen, es natural o reciclado en un 85%. Se han seleccionado también atendiendo a que sus ciclos de producción incorporen medidas de ahorro y aprovechamiento de energía y de control de consumo de agua y emisión de contaminantes.