4.9.2019
Rotonda El Triángulo – Distinguida BIA-AR 2018
El proyecto Rotonda “El Triángulo”, fue diseñado con el objeto de reavivar y revitalizar uno de los principales sectores de la ciudad más grande de la zona sur de Honduras.
Ícono
Este punto de intersección entre los bulevares más importantes de la ciudad, es el punto de partida para la reestructuración de una ciudad de tradición colonial a una ciudad moderna en crecimiento.
El monumento, localizado en el centro de la rotonda e inspirado en un reloj solar, busca llamar a los ciudadanos a transformar la ciudad hacia la renovación y el desarrollo, ya que dicho instrumento acompañó a nuestros antepasados desde el comienzo de los tiempos, ordenando y organizando la vida de los pobladores, siendo un “punto de referencia donde convergen ciencia, cultura y arte”. Este reloj es una proyección del nuevo emblema de los ciudadanos: es la hora del sur.
Este espacio de intervención, conocido anteriormente como “El Triángulo” por la bifurcaciones que existían y que formaban un triángulo, no es solo un articulador físico de diferentes usos de suelo, también enlaza elementos intangibles (tiempo y memoria) ya que con la intervención se aporta un nuevo valor simbólico a este espacio que siempre fue una zona de localización y orientación para los pobladores, dichas características fueron parte de la conceptualización del proyecto.
Contexto
Choluteca, la ciudad donde se encuentra localizado el proyecto, a 133 km de la capital del país, se ha convertido en una de las localidades con mayor crecimiento en infraestructura debido a la creciente inversión que se está realizando en ella, convirtiendo al lugar en un atractivo por visitar.
Debido al incremento en el flujo vehicular, las autoridades de la ciudad han visto la necesidad de mejorar la movilidad con la construcción de nuevos bulevares y rotondas en diferentes puntos. Una de estas rotondas, es La rotonda El Triángulo, punto de intervención, que se encuentra localizado en una de las zona de mayor flujo de peatones y vehículos debido a su uso de suelo, ya que esta cuenta con el centro comercial, la clínica de especialidades médicas y el centro educativo más grandes de la zona sur.
En el punto de localización de la rotonda, convergen diariamente 10 mil vehículos que se desplazan del noreste, norte y sur de la ciudad por tres bulevares que distribuyen el flujo vehicular hacia la capital y los países vecinos de El Salvador y Nicaragua, lo que convierte a esta ciudad en una de las principales puertas de acceso al país.
Este espacio de intervención, conocido anteriormente como “El Triángulo” por la bifurcaciones que existían y que formaban un triángulo, no es solo un articulador físico de diferentes usos de suelo, también enlaza elementos intangibles (tiempo y memoria) ya que con la intervención se aporta un nuevo valor simbólico a este espacio que siempre fue una zona de localización y orientación para los pobladores, dichas características fueron parte de la conceptualización del proyecto.
Materia
En los 34 m de diámetro y 907 m² de construcción, se conformó una plaza que rodea al “reloj solar” y en el centro de ésta, se encuentra localizada una fuente que recolecta el agua que recorre el monumento, dicha fuente representa el río Choluteca, el más importante de la ciudad.
Se combinaron patrones y textura con concreto aparente, concreto de color, gravas de colores y áreas verdes, para generar dinamismo y movimiento dentro de la rotonda y que contrastan con el acero pintado en color blanco que se utilizó para la construcción del mismo.
En el monolito se incorporaron elementos del icónico puente de la ciudad: agua y acero, que en un momento dado se convirtió en un símbolo de modernidad y progreso, no sólo para la ciudad sino también para el país. En el monumento se trazó un canal a través del cual corre el agua, para crear un contraste dentro del mismo monumento, dicho canal fue recubierto con mosaico de vidrio azul.
Sistema
Para lograr el éxito del proyecto fue necesario conjugar conocimientos de diseño arquitectónico, estructural e hidráulico. En el aspecto arquitectónico, se tomó la forma base de los distintos tipos de reloj solar y se hizo una deconstrucción que se aplicara a las nuevas necesidades de los ciudadanos. La plaza está configurada de forma que permita una perspectiva libre de los ciudadanos al monumento, además que permitiera una visión amplia del lugar a los conductores que utilizan la rotonda. En la parte estructural, debido a la complejidad de la forma se decantó por utilizar elementos estructurales metálicos, por lo que el monolito está configurado por un esqueleto de tubos estructurales de diferentes dimensiones forrados con lámina lisa de acero con acabado automotriz. Para garantizar la estabilidad del monumento, las patas de aceros se apernaron a una losa de cimentación. Para que la fuente funcionara fue necesario generar una red de tuberías que recorrieran el monumento y el flujo del agua se garantizó con la construcción de una cisterna que alimenta el sistema. Antes de la apertura del monumento se realizaron pruebas estructurales e hidrostáticas que garantizaron el buen funcionamiento de la fuente.
Vínculos
Una de las ideas centrales del proyecto era la relación que la arquitectura podía generar en una ciudad que está renovándose con los elementos fijos del lugar (su historia y simbolismo). Gracias a la construcción del reloj solar, se logra reconfigurar las conectividades tangibles e intangibles de la zona, ya que dicho elemento contiene un significado profundo que aporta simbolismo al lugar con lo que se convierte en un punto de referencia para la población, logrando conectar a las personas con la ciudad. El desarrollo de la plaza alrededor del monumento permite un mayor acercamiento de las personas con el proyecto.
Podés encontrar este proyecto en el Catálogo de la BIA-AR 2018. Obtenelo acá > http://biaar.com/catalogos/