11.8.2017
Revitalización Urbana del Centro Histórico de Cuenca. Entorno Inmediato de la calle Santa Ana
Una estrategia de revitalización urbana para incrementar la densidad y la superficie de espacio público en las manzanas del centro histórico de Cuenca.
El centro histórico de Cuenca ha experimentado un aumento de usos terciarios y comerciales, lo cual ha desplazado al uso residencial hacia zonas periféricas, así como la falta de espacios públicos que permitan actividades distintas a la comercial. Luego de analizar la trama del centro histórico, se identificaron espacios subutilizados, aislados y en deterioro, y predios con edificaciones consideradas de valor negativo dentro del conjunto arquitectónico patrimonial.
Es así como se esbozan potenciales sitios de intervención a lo largo de la calle Padre Aguirre con el objetivo de formar una red con distintas tipologías de espacios públicos interconectados y permeables que faciliten los traslados y actividades, en donde la multiplicidad de usos esté siempre respaldada por un porcentaje considerable de uso residencial.
Se proyecta la inserción de bloques de uso mixto (vivienda, comercio, servicios, equipamientos de barrio), que liberen la manzana próxima a la calle Santa Ana y la Plaza Jesuita, vinculándose a estos espacios públicos emblemáticos. Es así como se genera una conexión del proyecto con el núcleo central de la ciudad, el Parque Calderón, pasando por los espacios del Seminario San Luis y la Catedral Nueva.
No sólo se crean y habilitan conexiones, sino también se generan nuevos espacios públicos, incrementando la diversidad de escala, función y actividades que acogen los mismos. La propuesta incluye la recuperación del trazado de la Calle Santa Ana, la liberación del espacio de la Plaza Jesuita, que cumple el papel de como atrio del Seminario, y la inserción de aproximadamente 850 m2 de área verde entre los nuevos bloques residenciales.
El proyecto parte de plantear un escenario donde los cuerpos arquitectónicos emblemáticos que conforman el centro histórico de Cuenca, coexistan con intervenciones contemporáneas pensadas en las necesidades y dinámicas de la sociedad actual, y sean capaces de convertirse en catalizadores de cohesión social.
La materialidad contrastante empleada tanto en el proyecto arquitectónico como en el tratamiento del espacio público, busca poner en valor a los cuerpos arquitectónicos que forman parte del paisaje urbano histórico mediante la tensión que se genera.
De esta manera, se pretende reflexionar sobre una alternativa de actuación sobre espacios e inmuebles categorizados como patrimonio, en donde la supresión de ciertos cuerpos arquitectónicos significa una ganancia en espacios comunes para la población.
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