11.7.2016
Restauración del Fondaco dei Tedeschi
La restauración del Fondaco dei Tedeschi de Venecia, construido en el siglo XVI, ha sido completada.
Construido en 1228 a los pies del puente de Rialto frente al mercado de pescado, el Fondaco dei Tedeschi es uno de los edificios más grandes y reconocibles de Venecia. Fue utilizado como centro de comercio para los alemanes, como aduana en los tiempos de Napoleón, y como oficina de correos en la época de Mussolini. Representado por Canaletto y otros maestros, y fotografiado innumerables veces como impresionante telón de fondo del puente de Rialto, el Fondaco se erige como un testigo mudo de la época mercantil veneciana, un papel luego disminuido con la progresiva despoblación de Venecia.
Dos veces destruido por el fuego y reconstruido en su forma actual en 1506, manipulado en el siglo XVIII, y habiendo soportado en el siglo XX una serie de radicales intervenciones arquitectónicas para dar cabida a la central de correos bajo el régimen fascista, el Fondaco encarna en silencio la brutalidad de Venecia. Casi totalmente reconstruido durante el 1930 con la entonces moderna tecnología del hormigón, el Fondaco es un palimpsesto histórico que abarca cinco siglos de técnicas de construcción.
Independientemente de la historia de sus adaptaciones y de la falta objetiva de autenticidad de su estructura, su estatus legal de “monumento”, concedido en 1987, prohibió casi cualquier cambio.
La remodelación de OMA se basa en un número finito de intervenciones estratégicas y de dispositivos de distribución vertical que soportan el nuevo programa y definen una secuencia de espacios públicos y circulaciones. Cada intervención se concibe como una excavación a través de los medios existentes, liberando nuevas perspectivas y revelando para sus visitantes la verdadera sustancia del edificio, como una acumulación de autenticidades.
El proyecto se abre a la plaza patio peatonal, manteniendo su papel histórico de ‘campus’ urbano cubierto. La nueva azotea, creada por la renovación del pabellón existente del siglo XIX, se sostiene sobre un nuevo suelo de acero y vidrio que se cierne sobre el patio central, con la adición de una gran terraza de madera con espectaculares vistas sobre la ciudad. La azotea, junto con el patio debajo, se convertirán en lugares públicos, abiertos a la ciudad y accesibles en todo momento.
La renovación de OMA, a la vez sutil y ambiciosa, continúa la tradición, la vitalidad y la permanente adaptación de la Fondaco. Su preservación representa otro capítulo de su ilustre historia y que se reconocen en las múltiples capas del edificio. La intervención evita las reconstrucciones nostálgicas del pasado y demistifica la imagen «sagrada» de un edificio histórico. El proyecto fue dirigido por Ippolito Pestellini Laparelli, Rem Koolhaas y Silvia Sandor.
Ver texto completo en inglés > http://bit.ly/1UlrkEL