14.3.2016
Quito Publishing House
El edificio Quito Publishing House estáubicado en el barrio de La Floresta: una comunidad alternativa y bien organizada en el corazón del Quito septentrional. Responder a su naturaleza idiosincrática constituyó el principal reto de diseño.
Nos encomendaron introducir un edificio de oficinas donde existen muy pocos y en medio de una comunidad reconocida por su consciencia civil, dedicada a preservar los valores espaciales de su barrio.
El programa arquitectónico era atípico: tres editoriales que solían alojarse en plantas separadas de un edificio en altura, querían compartir un gran espacio que las permitiese interactuar. Sus empleados son individuos creativos con una elevada sensibilidad estética. Este sistema de propiedad tripartita nos ofreció mayor flexibilidad en términos de cómo distribuir y programar el espacio, carente de compartimentos, de manera que todas las compañías pudiesen relacionarse en el mismo nivel jerárquico. Todas giran alrededor de un mismo vacío, comparten el privilegio de las mismas vistas y tienen acceso a una terraza jardín. También comparten espacios comunales y esperamos que la organización fluida catalice al interior del edificio una atmósfera comunitaria análoga a la que caracteriza al barrio.
Desde un punto de vista formal, la arquitectura moderna doméstica y regional de los alrededores, inspiró muchos de los elementos que componen el edificio. En algunas de las casas originales de La Floresta, arquitectura y naturaleza se entrelazan. Caminando por sus calles, uno descubre un jardín escondido debajo de una escalera, un acceso que flota sin esfuerzo sobre un espejo de agua o una procesión espacial que conduce al interior de una casa. Diversas capas se yuxtaponen en La Floresta. Elegimos emular el juego de pieles y la mezcla de modernidad y naturaleza para crear una secuencia espacial que conduce a los usuarios desde la calle, a través del edificio y hacia su terraza jardín. Abrimos un vacío central, patio interno o “jardín colgante” que sirve como chimenea y, además de capturar la luz cenital de Quito, provee una relación visual en corte. Los espacios de trabajo se envuelven con una doble piel, cuya capa externa actúa como filtro, parcialmente colorido y animado. Obras de arte colonizan los espacios comunales, que se activan como galerías. La pendiente del terreno se trata como suele hacérselo tradicionalmente en la ciudad: introduciendo un zócalo de hormigón, recubierto con piedra negra.
El edificio Quito Publishing House recibió el primer Leed Gold de Ecuador continental por su afán de aplicar principios de diseño medioambiental a un edificio corporativo que se implanta en los Andres tropicales.
Energía, aire e iluminación: El edificio está concebido como una maquinaria bioclimática cuyo funcionamiento permite reducir al mínimo la dependencia de los sistemas mecánicos de ventilación, calefacción y enfriamiento. Puesto que ningún elemento les proyecta sombra, las fachadas nor y surorientales están sujetas a una elevada incidencia solar, directa en las mañanas. La “cortina” que permite regularla se transfirió del interior al exterior, como filtro, concebido como un muro biológico, cuya piel es capaz de responder a las variaciones de temperatura y humedad, e interactivo. La forma de aleta de las lamas es aerodinámica con el fin de refractar la luz y estimular la generación de vórtices que aceleran el paso del aire. Una chimenea ubicada como patio central succiona el aire hacia arriba y sirve de embudo para la luz cenital que ilumina el corazón del edificio. Este mecanismo permite también inyectar aire al subsuelo. Una capa vegetal que ocupa el espacio intersticial con las repisas de limpieza y mantenimiento, provee un filtro adicional, purifica y perfuma el aire; amortigua el flujo del viento además de proveer sombra. Estos mecanismos (entre otros) permiten al edificio aprovechar al máximo los recursos de la iluminación natural y el viento. Para reducir a un mínimo el consumo de energía se instalaron sensores en todos los espacios y se seleccionaron lámparas de bajo consumo de electricidad.
Agua: El edificio tiene incorporado un sistema de captación de aguas lluvias que circulan hacia las baterías sanitarias y se depositan en la terraza jardín para ser utilizadas en la irrigación de jardines verticales y horizontales.
Paisajismo: Los jardines verticales actúan como una capa más de aislamiento térmico en la cámara perimetral del edificio, al igual que el grosor de las terrazas jardín en las cubiertas. En ellas se cultivaron especies nativas de Los Andes ecuatorianos que consumen bajas cantidades de agua.
Flexibilidad y adaptación: La sostenibilidad de un edificio es proporcional a su capacidad de adaptarse a distintos usos y perdurar en el tiempo. Las plantas de QPH son abiertas y están provistas de instalaciones eléctricas, mecánicas, de iluminación y comunicaciones vistas, de fácil acceso, que permiten adaptar la ocupación a nuevas demandas tecnológicas a la vez que facilitan el mantenimiento.
Sistema constructivo y desarrollo tecnológico: QPH se construyó con un sistema de componentes pre-fabricables que supuso una colaboración estrecha entre la industria local y el diseño.