3.2.2015
Viviendas para la Villa Olímpica, Buenos Aires 2018
La materialización de la esquina, tanto en un contexto urbano así como en los espacios construidos, refiere a la creación de una arista o la parte en la que convergen dos planos.
Por lo general, la esquina en el interior de un local es lo que llamamos un vértice no habitable y en lo que a su conformación exterior se refiere, lo entendemos como un punto de aceleración de flujos, en especial cuando los mismos, son conducidos por los planos que la conforman. La desmaterialización de dicho vértice, por el contrario, genera un espacio a través del cual se filtran estos flujos, se apaciguan y hasta cambian de dirección para seguir su recorrido. La transformación del mismo en un área contenedora cuyos límites se disipan, crea vacíos en los que es posible habitar.
El origen de nuestra propuesta se fundamenta en la creación de nuevos espacios urbanos, vacíos materiales de una trama tradicional y estrictamente creada, en los que la noción de esquina se reformula para transformarse en un espacio caracterizador, que no solo se desvincula de la idea del frente de fachada consolidado, sino que refuerza la estrategia humanizada y social de “La Villa”, como tal. La arquitectura proyectada se nutre de la propuesta verde de este nuevo espacio público y se transforma en la piel viva y dinámica que contiene a la esquina, devenida en plaza, en la cual el desarrollo de las actividades comunes y cotidianas, confieren al espacio exterior un rol esencial tanto en la estrategia urbana como arquitectónica.
Contexto
LA PLAZA PROPIA: paradójica situación que se genera a partir de nuestra estrategia de intervención en la que la parcela entendida como unidad territorial individual y privada, cede un porcentaje de su superficie a través de la apertura de límites y barreras físicas, conservando el nivel peatonal de la vereda, para transformarse en espacio público de libre acceso y creado para reforzar la vinculación entre el usuario propietario y el entorno físico de carácter público, del que forma parte. La esquina tradicionalmente conformada por la ochava construida, aquí se presenta como un vacío estratégicamente dispuesto ya sea para dar estructura formal a uno de los ingresos de La Villa, un espacio urbano en el corazón de la trama o para caracterizar la relación directa entre un edificio en altura y su simbiótica relación con su plano noble.
La plaza es el espacio social por antonomasia en la estructura urbana, aquí nos encontramos, nos relacionamos y logramos vincular lo propio con lo de todos, de allí el término “plaza propia”, ya que la misma nace de lo que fue propio, en pos de lo que será para todos. En la propuesta, cada una de las plazoletas llevará el nombre de un continente, en alusión directa al evento internacional y deportivo que les dio origen y por las que serán siempre recordadas. A su vez estas plazas, al estar generadas en parcelas enfrentadas de a pares conforman un vacío urbano de importancia en el conjunto, que se ve reforzado por la disposición morfológica de los edificios que se abren hacia las mismas.
Investigación
EL COMPONENTE VEGETAL: la presencia del elemento vegetal es vital desde su rol como instrumento compositivo de la propuesta, así como en su función de mecanismo activo en la generación del equilibrio bioclimático de la misma. Todas las plazoletas se estructuran físicamente a través de la implantación de especies arbóreas de segunda magnitud, las que generan una cubierta verde que cobija dichos espacios urbanos y a sus usuarios, reduciendo la escala de lo construido al microclima propio de los ecosistemas barriales. A su vez, este manto vegetal refresca las brisas que atraviesan el sotobosque, para filtrase luego en el recorrido de la planta baja libre y desde allí terminar escalando por los patios interiores a lo largo de toda la altura propuesta por los edificios.
De la misma forma, dichos patios interiores, al igual que lo ocurrido en el corazón de la manzana filtran y refrescan adiabáticamente el aire que en una segunda etapa, terminará por ventilar el interior de los locales habitables. En otra escala, los balcones y cajas que caracterizan la propuesta, también se nutren de arbustos, gramíneas y demás especies de jardín, así como la existencia de jardines verticales revistiendo muros y fachadas, los que filtran la irradiación solar directa aislando los locales habitables. Por último, prácticamente la totalidad de los planos horizontales que componen los edificios a modo de cubiertas y/o terrazas, son verdes. Estas cubiertas verdes no solo aíslan dichos planos horizontales sino que también son utilizadas con espacios transitables y por las mismas se recolecta él %80 de agua de lluvia que sobre las mismas se deposita, para reutilizarla en los distintos sistemas de la arquitectura.
Materia
EL EDIFICIO: la propuesta morfológica que conforma los edificios nace de una estrategia clara, cual es la de apoyar la arquitectura contra las medianeras para permitirle abrirse dinámicamente hacia el entorno, dando marco a las plazoletas que se desarrollan en el plano noble. A partir de esta decisión, el ingreso principal al edificio, conformado por un espacio en doble altura, propone al usuario recorrer toda la longitud de la plazoleta hasta llegar al la puerta principal, próxima al núcleo de circulación vertical. La planta baja, siguiendo con el plano de piso que constituye las plazoletas por debajo de las sombras de los árboles, se transforma en una continuidad (de acceso restringido) del espacio exterior que fluye entre cajas transparentes, locales comerciales, para alcanzar en su extremo, al ingreso mismo al corazón de manzana.
Patios de luz colmados de vegetación de distinta magnitud, permiten generar espacios amigables a escala del usuario y a su vez, otorgan ventilación e iluminación natural a todas las unidades habitacionales de las que se conforma el edificio. Las mismas, ventilan y son iluminadas tanto hacia el exterior urbano por sobre las plazoletas, como hacia los patios interiores y/o el corazón de la manzana, según sea el caso. La fachada está compuesta por un sistema de cajas que sistemáticamente se proyectan hacia el frente con diferentes tamaños, la que se constituyen en balcones y a su vez terrazas; por el contrario y generando un contraste con las anteriores, las fachadas que hacia los costados se yerguen sobre la línea de edificación, son planas, sólidas como si se tratara el edificio de un volumen erosionado por la presencia del componente verde.
Sistema
LAS TIPOLOGÍAS: las premisas fundamentales con la que dimos origen a las tipologías de viviendas que forman parte del edificio, surgen no solo a partir de la decisión de respetar en cantidad y superficies lo planteado oportunamente por el programa, sino que a su vez, la necesidad de que todos los espacios habitables de las mismas gocen de ventilación e iluminación natural, así como la oportuna búsqueda de flexibilidad tipológica, lo que permita a partir de un esquema rígido de base, liberar todo el resto de la superficie cubierta en pos de poder adecuarla a distintas circunstancias. De esta manera, las viviendas se prolongan hacia las fachadas y a su vez se abren hacia las contra fachadas en las que aparecen los pasillos de circulación, como elementos abiertos y verdes. Todas las viviendas cuentan con balcones o terrazas verdes que se proyectan hacia el exterior a modo de expansiones de dichos locales habitables y como complemento, cada edificio cuenta con cubiertas verdes y comunes, en las que pueden desarrollarse actividades recreativas diversas. Respecto de su estructura funcional, las tipologías se componen de un núcleo rígido y húmedo (baños y cocinas) y el resto de su superficie ha sido liberada para facilitar el desarrollo de distintos escenarios y formas de apropiación por parte del usuario. Los espacios se configuran a través de paneles móviles y adaptables que generan distintas alternativas de ambientes celulares, estares, dormitorios, etc.
Vínculos
LAS CAJAS: abierto hacia las plazoletas, las fachadas del edificio se nutren del ritmo estructural planteado para generar una suerte de prolongaciones prismáticas vaciadas, cajas, que se proyectan hacia el vacio en distintas medidas. Esta proyección dinámica le confiere a las fachadas un movimiento geométrico pero sensiblemente ondulante, por sobre la copa de los árboles. Pretendemos desmaterializar lo construido a través de su propia materialización, en la que a su vez, estas cajas solidas y cementicias en su aspecto externo, lo que le confiere contundencia, cobran vida al estar revestidas interiormente con madera y la natural presencia del componente vegetal, del que se nutren de diferentes maneras. Un juego permanente de volúmenes y vacíos, superficies planas asoleadas, sombras propias y proyectadas sobre planos horizontales y verticales, todo ello en un sistema construido que le da carácter al edificio. Estas cajas son balcones prolongados en algunos casos, y por sobre su cubierta, terrazas verdes de las unidades que se encuentran en el piso superior y las mismas, han sido dispuestas estratégicamente en torno de los espacios públicos de las tipologías planteadas.
Esta obra fue seleccionada en la sección temática «Sustentabilidad física y social» BIA-AR