11.10.2011
Edificio de 79 Viviendas en Morillas, Málaga
La puesta en juego de los aspectos energéticos, climáticos y medioambientales como uno más de los factores a considerar desde el inicio del proyecto resultó decisivo en la configuración del edificio.
De los análisis previos realizados, se hizo evidente que simplemente con una adecuada aplicación de algunos conceptos bioclimáticos ( aprovechamiento de la energía solar para acondicionamiento térmico en invierno, ventilación cruzada efectiva de las viviendas como de los patios en verano, protecciones solares, …) podían conseguirse adecuadas condiciones de confort. La situación del edificio; (las fachadas este y oeste enfrente a sendos parques, la sur, con edificios bajos por delante y frente hacia el mar), que a diferencia de San Fermín, otorgaba una magnífica oportunidad de interrelación y expansión física y visual con lo construido, a la vez que suponía un elemento idóneo para el acondicionamiento bioclimático de la edificación si se conseguían las condiciones morfológicas adecuadas.
La parcela, de forma rectangular desarrolla un desnivel de algo más de dos metros entre su lado sur (el más bajo) y su lado norte (el más alto).
Si bien la ordenanza de aplicación es la de Manzana Cerrada, la configuración resultante de las condiciones de planeamiento era prácticamente la de un bloque abierto en H (piezas lineales con núcleo vertical entre ellas) con un patio interior alto y estrecho. Como en el caso de San Fermín, se decidió eludir esta solución para intentar convertir al patio en el protagonista central del proyecto.
Por otra parte, si bien la normativa no lo prescribía específicamente, se propuso “construir” el espacio urbano, dando fachada también hacia el lado sur de la parcela. Otras consideraciones tales como relación urbana, escala y programa completaron el esquema de determinaciones en juego.
La configuración final de la edificación quedó definida por tres volúmenes que completan la manzana; dos piezas longitudinales que se desarrollan en sentido sureste-noroeste y una transversal de mayor altura en sentido noreste-suroeste.
El acceso peatonal al edificio se realiza bajo este último volumen por una zona de doble altura; por el mismo lateral se realiza el ingreso vehicular al garaje que se desarrollaba en tres plantas bajo rasante con los trasteros en planta -1.
Toda la superficie en planta baja, bajo las dos piezas longitudinales, se dedica a espacio comercial, con fachada a los dos frentes, para favorecer sus condiciones de ventilación.
Al ocuparse la casi totalidad de la planta baja con usos comerciales, instalaciones y accesos generales, la zona de portales de acceso a viviendas se localizó en la planta primera. Esta planta se configura como una plaza interior en continuidad espacial con los parques. Este espacio de transición organiza los accesos y construye un ámbito apto para diversos usos.
Este “patio” ya no es un simple espacio de iluminación y ventilación, ha adquirido dimensión transversal, los núcleos se han lateralizado y parte de la superficie de locales se eleva hasta aquí. En términos estrictamente bioclimáticos, este lugar permite óptimas condiciones de movimiento del aire, tanto en sentido horizontal como vertical, algo esencial en el clima malagueño, particularmente en época estival.
Para compensar el vacío interior generado y cumplir a agotar la superficie edificable, la edificación alcanza el vuelo máximo permitido por las ordenanzas.
El programa residencial, compuesto totalmente por viviendas de tres dormitorios de entre 70 y 90 m2 útiles, se distribuyó en 5 plantas más ático retranqueado para los bloques este y oeste y en 6 plantas más ático retranqueado para el bloque sur; las viviendas exteriores de ático de este cuerpo se resolvían en dúplex, generándose un sobreático que se completaba como planta de instalaciones.
La distribución general y disposición particular garantiza un buen acceso de la radiación solar a todas las viviendas y unas buenas condiciones de movimiento del aire. La totalidad de las viviendas se disponen con doble orientación como estrategia básica fundamental y se resuelven guardando una estrecha y ajustada relación con el sistema constructivo-estructural.
Las viviendas del bloque sur (plantas 1 a 6), con acceso desde un extremo, se organizan en doble circulación, agrupando las zonas húmedas, con salón y dos dormitorios dando hacia el exterior, cocinas a patio, y tercer dormitorio a patio o exterior según su localización en la planta. Un dormitorio siempre se dispone contiguo al salón y los otros dos en los extremos.
Las viviendas de los bloques este y oeste, con un esquema más clásico, tienen su vestíbulo de acceso centrado al que abren el salón (este siempre situado hacia el exterior) y la cocina (sobre el patio). En la zona más privada dos dormitorios (que mantienen el mismo esquema exterior-interior) y los aseos en la banda central. El tercer dormitorio se localiza, con acceso desde el vestíbulo, e integrable al salón de modo de otorgarle mayor flexibilidad de uso. En fachada, estos dormitorios se retranquean generando terrazas.
Dadas la características del clima malagueño, el Instituto Municipal de la Vivienda no provee de sistema de calefacción a sus promociones. Entonces, la configuración de la envolvente adquiere una importancia mucho mayor como elemento de regulación de pérdidas y ganancias térmicas para lograr condiciones de confort.
Toda la envolvente exterior se resuelve como fachada ventilada con muro de inercia por el interior. La hoja exterior se resuelve con un panel prefabricado de micromortero de hormigón absorbente de CO2.
Se han mejorado los aislamientos previstos en el CTE, se han colocado cristales de baja emisividad y todas las ventanas disponen de persianas plegables y orientables de aluminio.
En la fachada sur, a fin de sombrear en época estival todo el plano acristalado aún con las persianas recogidas, adicionalmente se han dispuesto en cada hueco, unas viseras suspendidas, con las dimensiones adecuadas a esta latitud.