27.12.2012

Concurso Nacional Predio Ferial Mendoza, 2do. Premio

La estructura, y el modo en que los volúmenes funcionales se relacionan con ésta, establecen un patrón de acción que posibilita la alternancia de eventos de distinta temática y tamaño y su superposición en el tiempo, de una manera superadora, sin alterar el espíritu del proyecto arquitectónico.

Del análisis de los siguientes aspectos:
– Un programa de alta complejidad, con usos que cambian de tema y tamaño permanentemente
– Un sitio de dimensiones únicas, integrado a un parque de escala metropolitana, pero en un área aún no consolidada

Surgen dos premisas que guían la presente propuesta:
– Hacer de este edificio, de magnitud única en la zona, una máquina funcional a la vez que altamente flexible
– Dotar al edificio propiamente dicho, de un espacio público de características diferenciales respecto de su entorno, que contribuyan a la consolidación urbana de éste, y potencien al área como referente de la identidad regional

Se origina así una estrategia urbano-arquitectónica abierta que supera la condición de anteproyecto cerrado. Dicha estrategia consiste en la definición de un módulo tridimensional, que orienta tanto la construcción de los espacios cerrados como abiertos; el crecimiento edilicio; y los elementos cualitativos del espacio público.

La estructura, y el modo en que los volúmenes funcionales se relacionan con ésta, establecen un patrón de acción que posibilita la alternancia de eventos de distinta temática y tamaño y su superposición en el tiempo, de una manera superadora, sin alterar el espíritu del proyecto arquitectónico. Las dimensiones de este módulo espacial surgen del estudio de las funciones demandadas, de la disponibilidad de elementos constructivos en el mercado, las formas del montaje, y el planteo de una etapabilidad de obra clara, fundamental por la extensión del proyecto.

La forma está supeditada a dicha flexibilidad. Un pabellón es simplemente un galpón. La simpleza formal, espacial y constructiva, es un valor esencial para su rendimiento en el uso y la economía de recursos: el galpón es una tipología aceptada colectivamente por su eficacia. Estos elementos formales, reconocibles dentro de la tradición industrial y bodeguera de la provincia, son llevados a gran escala y replicados en todo el predio por medio de la trama modular, dándonos una imagen contemporánea, sin ser ajena ni forzada.

Es este mismo módulo espacial el que constituye el espacio público dominante del proyecto: la galería de accesos y servicios. Esta galería establece la relación con el Parque Metropolitano, vinculándose geométricamente con su eje organizativo de usos culturales pre-proyectados (teatro, anfiteatro), y ubicando en ese punto de contacto, bajo la estructura antes mencionada, el programa de Edificio de Congresos, pudiendo complementarse entre sí, por su tema afín y su proximidad. A su vez, este edificio y su administración pueden conectarse con la administración del Predio y funcionar juntos o por separado.

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Bajo esta galería se encuentran todos los accesos que son varios, independientes y/o alternativos, según se desarrollen las ferias. También están allí los servicios sanitarios y gastronómicos, los cuales funcionan con el Predio Ferial y, cuando éste está cerrado, complementan el movimiento social del Parque Metropolitano; o sirviendo ambas actividades a la vez, organizando los flujos de público hacia las diferentes actividades.

Queremos destacar que la estrategia de ocupación del suelo obedece, no sólo a la distribución de un programa en un terreno de una manera más o menos adecuada, sino a la voluntad consciente de que sea el edificio mismo el que construya sus límites, eliminando el cerco como tal y su concepción de barrera social, y definiendo pieles como límites cuando éstos son imprescindibles. La madera aparece en este proyecto para caracterizar todos los elementos de relación entre lo público y lo privado (accesos, límite de exposiciones abiertas, servicios interiores/exteriores) y generar un contrapunto con lo metálico, sumando calidez y textura.

El desarrollo del espacio público, se concretó a través de pensar diferentes respuestas para cada escala de paisaje, resumidos en 4 puntos clave: el parque “cubierto”: denominamos así a la galería de accesos y servicios, este borde de relación entre lo público y lo privado, donde se suceden flujos de público de variadas actividades, espacios de estar, servicios, espacios verdes, sombras, pisos, recorridos de agua. La galería es acompañada en toda su extensión por un espejo de agua que multiplica la imagen de la misma y del movimiento de la gente en ese espacio Galería y agua son el espacio público netamente artificial de este proyecto.

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El paisaje “prestado”: la galería, por su escala, capta y enmarca la imagen de la Cordillera, incorporándola como una fachada más del predio ferial. El “atrio” de los olivos: los olivares se incorporan como espacio verde propio del proyecto, sin invadirlos, sino a través de:
– La vista privilegiada de éstos desde la galería de accesos al predio
– El tratamiento de sus bordes como espacio de paseo y estacionamiento
– La idea de atravesarlos por leves caminos que nos conducen hasta la feria, cruzando a manera de puentes sobre el espejo de agua
– Entre estos caminos, y siempre sobre los bordes, se generan áreas de juegos y de estar, y estaciones aeróbicas, que logran así integrar una imagen de la memoria colectiva de la cultura del trabajo en la región, la producción de olivas, con el disfrute de un parque en el sentido más clásico. Los olivares son el gran atrio simbólico de este predio ferial.

Los “bordes de mediación” con la escala del entorno: los espacios que se generan entre el edificio y el entorno más inmediato, más urbano (las viviendas, los lotes privados), se trabajan como espacios de transición e integración, con la incorporación de: 1- barreras de árboles y superficies verdes y suelos semi-permeables naturales, 2- paradas del transporte público, 3- estacionamiento público y privado.

Los estacionamientos se distribuyen siempre en los bordes, ofreciendo distintas opciones de acercamiento al edificio y evitando que, cuando la feria no funciona, se transformen en enormes playones de cemento, 4- puestos de control, 5- cercos como límites visualmente permeables a la actividad social exterior del predio. Todos estos hechos, ofrecen una llegada más amable a lo barrial y disminuye el impacto ambiental del edificio, por sus dimensiones y masividad de movimientos.

El espejo de agua no es sólo un hecho formal, sino que permite acumular agua y autosatisfacer las demandas de riego de un complejo como éste, a través de una red de acequias transversales, y actúa también como un regulador microclimático, humidificando los espacios exteriores y absorbiendo el calor del aire para producir un enfriamiento evaporativo y mejorar el confort térmico en épocas estivales. Más allá de lo técnico, el agua es aquí un elemento de composición espacial, que recorre los sectores abiertos y aporta sonidos, reflejos y humedad al ambiente.

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Ligados a las acequias perimetrales, se ubican las barreras de árboles que protegen los estacionamientos. Se propone como especie adaptada dominante al álamo plateado, por su rápido crecimiento en base al riego y por sus cualidades formales no invasivas del espacio. Los álamos también aparecen en los huecos de la galería y en los patios de los pabellones, dando orden y tensión vertical al espacio. Los álamos aportan la escala grande del paisaje, la estructura del verde.

Como contraste formal con los álamos, y en línea con un pensamiento sustentable desde lo ambiental y lo económico, se proponen, en los huecos de la galería, jardines regionales compuestos de especies autóctonas xéricas. Cada acceso a cada pabellón será potenciado en su identificación y orientación para el usuario, con una especie distintiva local: el pabellón del retamo amarillo, el pabellón del retamo rojo, el del retamo blanco, el del retamo azul.

En esta propuesta, la concepción de la estrategia modular como organizador de todas las acciones, y la priorización y valoración de lo público como elemento constitutivo del pensamiento proyectual en el sitio, dan origen a un proyecto de arquitectura sólido y a la vez flexible, rigurosamente técnico pero abierto a los cambios, lleno de contenido y vacío de formas cerradas y caprichosas, capaz de manejar lo privado y lo público y el contacto entre ambos de una manera clara y natural. El proyecto ofrece una imagen contundente, en relación al status de símbolo que este edificio tendrá para su sociedad, tanto en la proximidad como en la escala más amplia. Ambas visiones se complementan, así como lo global y lo particular se imbrican en cada lugar de esta propuesta, para contribuir a consolidar la identidad regional de Mendoza y su proyección nacional e internacional.

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