21.12.2010
Espacio Público y Centro Cultural de Aluminé, Neuquén, 1er premio
El paisaje de Aluminé como potencialidad - El paisaje del espacio público de la ciudad. La puesta en valor del paisaje se promueve a partir de un sistema público de espacios, vías y sendas verdes. Con epicentro en el nuevo Centro Cultural, esta puesta del paisaje se basa en la estructuración de cuatro escalas o sistemas diferentes pero interconectados.
- Sistema de espacios verdes Parque Costanero. Entre la ruta 23 y la margen del Río Aluminé. Desde el Parador Turístico en el extremo Sur hasta el Balneario en el Norte, enlaza con el Parque Lineal a mitad del trayecto.
- Circuito Chico. Pensado como un circuito peatonal, desde la Plaza, por Av. 4 de Caballería hasta el mirador de Rahuecito.
- Circuito Grande. Una senda para caminatas y bici senda recorre el paisaje del río hasta el Acceso Norte y se interna en el área de Campo Ayoso, conecta con el Parque Lineal y retorna al centro.
- Sistema de Calles Transversales, tratadas como Paseos de Radales, al llegar a la costa, miradores sobre el río, plantean encuadres escenográficos de la rivera opuesta donde recintos circulares de radales remiten al carácter ancestral del paisaje natural y las culturas autóctonas en una operación que busca crear sentido a partir del mínimo impacto ecológico.
Cada sistema o circuito se resuelve a partir de una intervención paisajista integradora.
Las especies vegetales propuestas cumplirán tres finalidades concurrentes:
- Mejora bioclimática para mayor calidad de ámbitos de uso cultural y social.
- Rescate de la identidad patagónica con la utilización de especies nativas disponibles por el surgimiento de viveros especializados en la región.
- Potenciar una mirada que revaloriza el paisaje y la vegetación patagónica a partir de conjugar diversos momentos recreativos.
Estrategia hídrica. Reservorio colector en la zona más alta del terreno. Implantación de sistemas de riego.
Centro Cultural Aluminé: reflexiones sobre el edificio
Promover el protagonismo y la participación de la comunidad dentro de una arquitectura que permita la visualización y el uso de la naturaleza.
El edificio y la invisibilidad:
Entendemos que la coherencia con el entorno autóctono y cultural determina la decisión del proyecto.
Tiene la habilidad de asociarse y de distinguirse del paisaje natural y de la variada topografía. Toma el declive como recurso paisajístico y lo potencia. Su “implantación y forma” seducen como elementos de autoprotección y refugio guardando relaciones amables con el entorno. La envolvente calibra la transparencia de su perímetro para captar el paisaje circundante y abrirse a la buena orientación. En el tratamiento de los espacios exteriores, reaparece la forma circular, presente en la cosmovisión y la cultura de los pueblos originarios, la forma del cultrún, como una expresión inequívoca de pertenencia al territorio.
El edificio y los usos:
Se propone un natural sentido de la secuencia, el recorrido y el uso del tiempo. La planta es expansiva, recintos menores se vuelcan a recintos mayores que se imbrican entre sí y remiten a una totalidad. Posee un sentido de la escala, donde el tratamiento minucioso de espacios menores “agranda” por contraste los espacios mayores. El punto de conexión entre lo público y lo privado, lo pequeño y lo grande, permite experimentar la capacidad de adaptación del espacio arquitectónico a las funciones del Centro y al entorno natural. Bajo una cubierta única, cobija la variedad de actividades requeridas. La explanada y el patio de ceremonias, con sus funciones de espacio público, actúan como complemento exterior del programa.
La flexibilidad guarda estrecha relación a futuras ampliaciones de manera secuencial y ordenada. Los diferentes accesos presentan adecuada escala de acuerdo a la zonificación a la que responden.
El edificio y la materialidad:
Administrar con solvencia las soluciones de implantación, funcionalidad y materialización, con una acertada mano de obra, verificarán en el hecho construido la racionalidad de la idea.
El volumen limpio del edificio emerge expresado a partir de su estructura como expresión constructiva y espacial a la vez. La estructura de madera laminada a la vista de pino ponderosa, la cubierta metálica y los solado de piedra laja y hormigón integran un repertorio acotado de materiales.
La estructura, responde a las características definidas por la norma INPRES-CIRSOC 103 para la Zona 2 de peligrosidad sísmica moderada.
El edificio y el clima:
Se contemplan los aspectos ambientales como una de las ideas fuerza.
En la concepción del proyecto se siguieron los lineamientos del denominado “Diseño Ambientalmente Consciente – DAC” que permite una visión integral del problema ambiental en los edificios y las medidas de mitigación del clima.
Optimizar la orientación y la implementación de barreras vegetales para hacer frente a los vientos, con la incorporación de aislación térmica en cubierta, aberturas y pisos.
A partir del asoleamiento necesario durante todo el año para hacer frente a las bajas temperaturas el edificio se define como un Jardín de Invierno que permite plantear un esquema de ganancia solar pasiva, acumulación diurna y recuperación nocturna.
En síntesis, conocer las circunstancias particulares e irrepetibles de un clima, permite actuar con mayor grado de eficiencia.
Para una aproximación al estudio de la sustentabilidad y el aspecto económico social, las principales variables e indicadores que se tuvieron en cuenta en la elaboración del anteproyecto: ubicación geográfica, clima, flora y fauna, hidrología, suelo, paisaje, manejo de residuos de obra.
El Edificio y el paisaje:
El anteproyecto paisajístico a escala del Centro Cultural procura plantaciones por los siguientes aspectos:
Barreras cortavientos (álamos y maitenes) con función bioclimática: con cortinas, sendas, relieve y masa preexistente que promuevan el uso de los espacios exteriores inmediatos del edificio para diversas actividades culturales, ferias y eventos.
Bosquecillo espontáneo: consolidación del mismo con la incorporación de diversas especies nativas y “precursoras”.
Jardín de la biodiversidad patagónica: con carácter educativo y recreativo.
Conectado con el circuito de bici sendas. El diseño del Jardín de Biodiversidad Patagónica (arbustos y herbáceas) presenta especies señalizadas con datos botánicos y ecológicos que ofrecen un recorrido con finalidad educativa, turística y recreativa.