20.7.2012
Concurso Nacional de Anteproyectos de Obras Sustentables, participación
El edificio se plantea en la localidad de Junín, provincia de Buenos Aires, en una zona en la que se yuxtaponen grandes extensiones productivas y pequeñas ciudades administrativas (siendo Junín la más importante del noroeste de la provincia). La silueta del edificio está impuesta casi por obligación por el espacio disponible en que se ubica, las necesidades programáticas y la apertura de la esquina como punto de acceso.
Memoria proyecto
La estructura de este edificio es modular, de fácil ejecución y flexible. Utiliza como sistema constructivo un encofrado de EPS para conformar muros de hormigón armado de alta resistencia estructural, con aislación térmica y acústica incorporada. Los techos utilizan el mismo sistema compuesto por bovedillas de EPS con perfiles de acero galvanizado insertos dentro de las bovedillas, formando un encofrado. Las bovedillas quedan incorporadas a la losa aportando aislación térmica y acústica a los techos. A la vez, la cubierta vegetal reduce considerablemente las ganancias térmicas directas y aporta una eficiente aislación térmica mientras procesa CO2.
El cerramiento exterior, ya no necesita ser controlado por el usuario, sino que cede sus funciones variables al ciclo natural. Tratándose de una piel vegetal, en verano contiene un altísimo porcentaje de radiación solar directa, con lo cual se reduce considerablemente el consumo en acondicionamiento de aire sin obstruir el paso de luz natural al edificio ni obligar su reemplazo mediante el gasto de energía eléctrica. En invierno, la vegetación de hoja caduca libera el paso del sol, generando calefacción natural por radiación directa. Los aventanamientos del primer cerramiento, a su vez, repiten una modulación estandarizada y son confeccionados con carpintería de pvc de alta eficiencia. Por otro lado, el color verde de sus muros lo vincula con nociones de índole ecológica, lo relaciona de forma explícita con la vegetación y lo transforma en un estandarte del norte a adoptar en materia de auto sustentabilidad.
Este proyecto se plantea como propuesta fundamental el planteo de sistemas por los cuales se produzca ahorro de energía y agua. El edificio colabora con la ecología urbana, reduciendo los vuelcos de los efluentes cloacales mediante el uso de una planta de tratamiento a escala. La morfología del techo, genera la posibilidad de ventilar de manera eficiente el aire caliente acumulado en las partes altas de los ambientes. A la vez, se plantea una circulación cruzada en toda la sección del edificio, reduciendo también la necesidad de acondicionamiento térmico.
Las aguas grises y negras, que habitualmente se desechan a la red cloacal, se separan en primera instancia en un filtro de membranas bioreactor. La carga sólida y semisólida (a la cual se suman todos los desechos orgánicos del jardín) se vierte en un segundo recinto, el Biodigestor. Allí se produce un proceso por el cual bacterias y microorganismos que crecen en ausencia de oxígeno (condición anaeróbica) digieren y degradan la carga sólida disuelta y concentrada del agua en elementos primarios, sales minerales, etc. Como resultado de este proceso, el fango o biol obtenido puede ser utilizado como fertilizante para la huerta o bien, de exceder el volumen necesario, se puede desagotar a la cloaca como fluido no contaminante, ya que el equipo cuenta con sistema de desborde. Si se planteara el uso del Biodigestor a nivel barrial, con aporte de materia orgánica, este podría abastecer al jardín de gas para la cocina. El agua a recircular, luego del filtrado, es enviada a un sistema percolador, el cual elimina la carga patógena y metales pesados del agua. Esta, luego de tratada, es recirculada a través de un equipo de presurización para su distribución en inodoros, bocas de limpieza, riego y duchas. A este caudal, se le suma el agua de lluvia recolectada por el total de la superficie del techo. La iluminación del edificio se realiza con Led de alta potencia. La instalación con LED puede representar hasta un 40% más de inversión inicial frente a la iluminación convencional. Pero esta diferencia se recupera al cabo de 24 meses como máximo y luego reduce la tarifa eléctrica en un 90% (con respecto a las luces incandescentes) por los 20/30 años de su vida útil.
Mediante estos sistemas, el proyecto estaría inaugurando la auto sustentabilidad en edificios educativos. Las innovaciones que proponemos se aplican en ámbitos privados, pero pugnan por mostrarse, en tanto paradigma, al grueso de la sociedad. En tanto edificio educativo, este interpela a la conciencia de una cantidad significativa de personas: se presenta a lo sociedad como un ejemplo de eficiencia, como analogía de una administración responsable de los recursos públicos y enseñanza consciente.