26.3.2012

Plaza de la Pescadería, en Sevilla

Como primera aproximación se diseñó lo que el estudio denominó “la piel sensible”, el cual fue el slogan de proyecto y planteamiento urbano. Esto llamado “piel sensible” fue el nombre con el que se unificó a una serie de edificaciones circundantes los cuales fueron tratados como si fueran un palimpsesto donde cada proceso urbano borraba a su predecesor, pero inevitablemente dejaba algunas huellas. La Plaza de la Pescaderia es uno de estos procesos urbanos situados en el centro histórico de Sevilla y sobre el acueducto llamado Aqua Hispalensae.

La propuesta parte estudiando este acueducto y sus relaciones con la ciudad arriba. Este acueducto fue parte de una gran red en la antigua Roma que partía en las afueras de la actual Sevilla.
La parte más grande de este acueducto está situada bajo tierra. En este sentido, la nueva superficie puede alcanzar la altura del antiguo acueducto, creando así una conexión física que representa la unión entre el presente y la historia.

La diferencia entre cada capa arqueológica fue uno de los factores importantes en el proceso de diseño, los cuales abarcaban desde los tiempos romanos hasta los últimos desarrollos urbanos.
Todos estos parámetros fueron decisivos al momento de elegir los colores, materiales y texturas del nuevo diseño.

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