29.8.2016
Pabellón Hinrichsen
El encargo es una construcción que resuelve un espacio para usos múltiples complementario a una vivienda permanente ubicada en Punta chica, Victoria, Partido de San Fernando, en el primer cordón del norte del Gran Buenos Aires.
El privilegiado lote de 3800 m2 se encuentra sobre la “barranca” que define la geografía del corte de la costa del Río de la Plata. La definición de la ubicación y de la volumetría surgen de las reglamentaciones municipales y de un muro medianero existente de 6 m de alto, de una construcción vecina.
La construcción se resuelve con muros y vigas de hormigón armado de 15 cm de espesor, 5 cm de aislación térmica de poliestireno expandido y un muro interior de ladrillo cerámico de 8 cm con un revoque cementicio terminado con llana metálica. El encofrado es realizado con tableros fenólicos plastificados de 1,22 x 2,44 mts. El muro compuesto, con un espesor final de 34 cm, resuelve en su interior los espacios para albergar los toldos verticales exteriores de lona de PVC, que protegen los vidrios del sol evitando el efecto invernadero. El entrepiso de la planta alta no llega al muro perimetral y se cuelga de las vigas transversales de la losa de sobre entrepiso con dos tensores conformados por 3 Ø 12 mm, de acero aletado. Las carpinterías de aluminio se ubican en el filo interno o exterior del muro según la orientación y la necesidad o no de colocación de toldos o de cortinas internas.
En la planta baja se resuelve una sala de estar junto con un espacio de exhibición para dos autos de colección. En la planta del entrepiso se configuran dos habitaciones con baño. El programa de uso es temporal y flexible; la propuesta arquitectónica propone generar un sistema abierto que se adecue de la manera más cómoda a los diferentes usos temporales que tendrá el pequeño edificio.
El interior se proyectó como un único gran ambiente, en el que a través de un sistema de postigos plegables, conformado por postigos de hojas placa de 4,5 cm de espesor realizados en MDF, accionados con un herraje «Tauro» de la empresa Ducasse, se puede cerrar los dormitorios en la planta de entrepiso cuando su uso lo requiera, consiguiendo privacidad, oscuridad y aislación acústica.
El proyecto lleva al límite el concepto de construcción maciza, tensando el concepto, investigando el uso del hormigón armado como estructura y como cerramiento. En este proyecto el espacio surge inmediatamente junto con la construcción de la estructura: la estructura espacial y la portante constituyen una unidad. La obra en bruto se corresponde con la obra acabada, los elementos secundarios son prácticamente innecesarios. El hormigón armado es un material adecuo resistente dentro de cuya masa el complejo tendinoso de la armadura se distribuye y se dosifica para prestar al hormigón la resistencia a la tracción que necesita en cada punto, y se orienta y se refuerza según las exigencias del plexo tensional previsto (Eduardo Torroja).
En la construcción maciza tradicional los huecos se conciben como aberturas en el muro con sus dimensiones limitadas, ya que reducen la capacidad portante del mismo. En este caso el muro se perfora en algunos lugares siguiendo dicha lógica, y en otros genera las aperturas a partir de levantarse del suelo y del apoyo, convirtiéndose en viga, trabajando a flexión a partir de la disposición estratégica de su armadura interna.