22.12.2017

Nuevo Teatro de Shanghai

Inspirándose en los actos teatrales que tienen lugar adentro, los espacios tallados de los atrios interiores y exteriores se conceptualizaron como series de escenas dramáticas.

Ocupando el lugar de un antiguo teatro que data de la década de 1930, el edificio existente había sufrido una serie de renovaciones a lo largo de décadas, durante las cuales gran parte de su carácter original y de los detalles arquitectónicos habían sido eliminados. El edificio resultante, tal como lo encontramos, se convirtió en un pastiche de varios estilos y usos programáticos.

Como tal, el principal desafío del diseño fue recordar la claridad y la unidad del histórico edificio en toda su grandeza y, al mismo tiempo, crear una arquitectura que no solo fuera relevante, sino que pudiera convertirse en un importante y duradero hito de la moderna Shanghai.

Desde la calle, el edificio se lee como un pesado volumen de piedra flotando justo sobre el nivel del suelo que, instalado firmemente entre sus vecinos, anuncia su presencia descaradamente. Encerrados completamente en piedra, los dos pisos superiores renuncian a cualquier abertura exterior visible a favor de aberturas talladas verticalmente.

Inspirándose en los actos teatrales que tienen lugar adentro, los espacios tallados de los atrios interiores y exteriores se conceptualizaron como series de escenas dramáticas. Se experimentan escenas con configuraciones espaciales y de iluminación variables a medida que uno se mueve por el espacio, intensificándose a medida que se explora más profundamente en el edificio. Varias aperturas aprovechan las cambiantes condiciones de luz a lo largo del día para crear un entorno dinámico y cambiante, mientras que el alumbrado nocturno suplementario imita estas condiciones para darle un mayor dramatismo.

Para guiar a los espectadores al interior del edificio, las estriadas paredes de bronce, que recuerdan a una cortina de teatro que oculta el drama del escenario principal que sucede detrás de ella, proporcionan una sensación de ingravidez en contraste con la pesadez de la piedra de arriba. El área de la entrada y de venta de entradas está rebajada desde la pasarela peatonal para crear una plaza cubierta que no solo es un refugio, sino que devuelve el espacio público a la calle y comienza a difuminar los límites entre lo público y lo privado. Como tal, el público en general, o cualquier transeúnte casual, tiene permitido vislumbrar y experimentar parte de la teatralidad del edificio, con o sin un boleto de entrada.

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Visitá el texto original en inglés > http://bit.ly/2pdLoTC

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