Mini-Estudio, Colonia Del Valle, México D.F.

Por tratarse de un lugar de trabajo artístico y debido a la orientación sur del terreno, el principal reto consistió en evitar la entrada directa del sol al espacio, sin negar la vista hacia el patio existente. Para lograrlo, el volumen de la planta alta vuela hacia el sur para proyectar sombra sobre el ventanal que, en planta baja, conecta al estudio con el exterior.

Las losas inclinadas de la cubierta impiden la incidencia directa de los rayos del sol sobre el área de trabajo, permitiendo la entrada sutil de luz uniforme sobre la doble altura que comunica las dos plantas amplificando el espacio.

El mezzanine se apoya ligeramente sobre un muro al fondo del estudio y se lanza hacia el exterior disolviendo el límite marcado por el piso, para terminar suspendido sobre el jardín integrándolo así al espacio; el cancel de la planta baja, por su parte, se abre de lado a lado  para borrar por completo la frontera entre interior y exterior.

Un pequeño gesto a manera de remate sobre la fachada produce una sombra triangular que  cambia de tamaño a lo largo del día, dando movimiento al volumen.

Mediante la utilización de planos trapezoidales y un cuidadoso manejo de la perspectiva, se acentúan las fugas logrando un espacio dinámico y fluido que despierta la imaginación y estimula la creatividad.