La Casa Mágica

La Casa Mágica es un proyecto diseñado por el Atelier Bow-Wow y Didier Fiuza Faustino para la Maison de la Culture du Japon à Paris (El Instituto Cultural de Japón en París). Los arquitectos exploraron profundamente el tema del hábitat, la invención de «maquinarias / hábitats» innovadoras y, a menudo, provocadoras. Ellos se unieron para crear un «entorno mágico» para el segundo componente del ciclo Transphere Exhibitions.

El Atelier Bow-Wow y Didier Fiuza Faustino se encuentran entre los más destacados representantes de la generación de arquitectos de la última década que han surgido para traer una nueva mirada sobre la arquitectura. Sus investigaciones sobre las condiciones de vida en las ciudades contemporáneas son artísticamente subversivas y socialmente comprometidas.

Para la exposición la Casa Mágica, los arquitectos han optado por trabajar con un material común en una lógica de producción cíclica. Este material -la madera- utilizada en la construcción de ambas arquitecturas, tiene su origen en Portugal, lugar de Didier Fiuza Faustino, y será devuelto al final de la serie para ser reciclado. Las dos casas, construidas en el medio de un bosque, serán accesibles para el público visitante. A pesar de que los arquitectos han decidido trabajar con este mismo material, las células ofrecen a los visitantes dos visiones complementarias.

Para esta colaboración, Didier Fiuza Faustino diseñó un poliedro con bordes redondeados. Cerrada el exterior por paredes translúcidas, la estructura herméticamente cerrada es como un refugio, una celda donde uno puede protegerse de un entorno hostil. La casa se podría cerrar en sí misma al interior con el fin de abrirse a otras áreas, para viajar a otro lugar, incluso dentro de uno mismo. Esta cabina también podría ser un recuerdo de la infancia, un transbordador espacial en la que nos imaginamos que viajamos a través del cosmos.

Junto a esta instalación sensible e íntima, el Atelier Bow-Wow propuso una estructura en forma de tejado bajo el cual el público puede entrar para refugiarse, o incluso sentarse sobre él, por lo que es un lugar de intercambio y convivencia. Opaca y transparente, la estructura nos recuerda tanto las fachadas de listones de las tradicionales casas japonesas como lo techos de los primeros santuarios sintoístas.

Los visitantes son invitados a experimentar ambas arquitecturas sumidas en una oscuridad habitada por un juego de sombras y de luz, de sonido y silencio, que crean una atmósfera poética inspirada en “El elogio de la sombra”, la obra maestra del escritor Junichirô Tanizaki, y en el concepto de “lo extraño” descrito por Sigmund Freud.

Aunque la exposición invita a meandros poéticos, también hace posible repensar los actuales problemas del espacio en las ciudades, en respuesta a la relación entre los individuos y su privacidad. En este sentido, la exposición será un ámbito propicio para celebrar talleres y reuniones de intercambio y discusión.

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