29.6.2011
Jardín Infantil Timayui, Santa Marta
El proyecto es parte de las políticas de la alcaldía de Santa Marta y de la Fundación Carulla para mejorar las condiciones educativas y alimenticias de las comunidades desplazadas del campo por la violencia y asentadas en la periferia de la ciudad. Tiene como objetivo desarrollar infraestructuras para mejorar las condiciones de la primera infancia en barrios de bajos recursos, para la población más vulnerable -entre 0 y 5 años de edad- en zonas caracterizadas por la violencia y la ausencia de infraestructuras públicas. En éstos se desarrolla y estimula a los niños pero también se les da una alimentación balanceada y digna que ayuda a mejorar las condiciones psicomotrices de los niños en su desarrollo posterior.
El preescolar como mecanismo de inclusión social
El reto como arquitectos, en un contexto como el colombiano, es desarrollar proyectos que sean capaces de generar inclusión social. El problema no radica solo en implantar y hacer edificios en zonas en deterioro, sino cómo los hacemos para que sean capaces de activar nuevas formas de uso, apropiación y orgullo por parte de las comunidades.
El valor de la arquitectura no solo radica en si mismo sino en lo que produce. Para poder definir estos argumentos es necesario ampliar nuestra mirada más allá de la arquitectura misma. La arquitectura no puede solo auto-referirse a sí misma, si ampliamos nuestra mirada, podernos encontrar nuevas formas de operar, más resistentes y mejor dotadas para responder a las condiciones actuales. Por esto se hace necesario la transferencia de conocimientos desde otras profesiones por disímiles que sean, porque es muy probable que nos permitan encontrar maneras más eficientes y lógicas de inferir en la realidad, y además, problemas y preocupaciones que nutran nuestro oficio y que nos lleven a hacer arquitecturas más actuantes (definidas por lo que hacen y no por su esencia).
A continuación definimos algunas estrategias seguidas en este proyecto que son parte de los objetivos del taller, lo que nos permiten construir arquitecturas en zonas en deterioro y que éstas puedan actuar y ser usadas de múltiples formas por sus habitantes, pero sobre todo, que se puedan convertir en un elemento de orgullo y transformación para las comunidades en donde se insertan.
La arquitectura es acción
Buscamos desarrollar las capacidades performativas de la arquitectura que hacemos, más que las capacidades representacionales o sus cualidades visuales. Es por eso que nos interesa una arquitectura que quede definida por lo que hace y no por sustancia («La arquitectura no es un fin en sí mismo», Cedric Price). Nos interesa inducir acciones, efectos, acontecimientos, ambientes; lo que nos permite desarrollar formas, patrones u organizaciones materiales que actúan de forma directa y que inducen en la construcción acciones sociales entre los usuarios, una arquitectura capaz de inducir nuevos comportamientos y relaciones entre los habitantes de estas zonas abandonadas y en deterioro.
Arquitectura abierta
Este interés no lleva a buscar arquitecturas abiertas capaces de ser cambiantes y adaptables a los nuevos retos sociales y culturales. Nos interesan los sistemas de organización compuestos por partes o módulos como mecanismos de organización inteligentes, los cuales no están cerrados ni acabados. Su capacidad adaptiva les permite crecer o adaptarse a las más diversas situaciones. Asimismo, nos permiten desarrollar diversos modelos basados en las mismas reglas de organización que se pueden repetir en lugares diversos de la ciudad haciendo más económicos y sostenibles los proyectos planteados por nosotros en estas zonas.
Multiplicar el uso
La indeterminación como estrategia proyectual nos permite pensar que la arquitectura que hacemos es capaz de multiplicar los usos para lo que fue inicialmente destinada (no como eficacia sino como propiciadora de nuevas relaciones); la forma de disponer y configurar los edificios permite dejar lugares no definidos funcionalmente; esto hace que las comunidades puedan apropiarse y multiplicar el uso inicial.
Una arquitectura pregnante
Con ésto buscamos transferir condiciones de la ciudad consolidada a las zonas de periferia y en deterioro en donde actuamos. Los edificios públicos en estas zonas deben ser identificables por las comunidades como una presencia estatal y un elemento de ayuda para la transformación social. Es por eso que buscamos desarrollar arquitecturas pregnantes, con disposiciones que hagan participes a los habitantes del sector y que éstos se sientan parte de una sociedad más justa e igualitaria. Esto permite altos niveles de apropiación y orgullo de las comunidades en donde se insertan nuestros edificios.
Buscamos y creemos que los edificios planteados en el estudio se puedan convertir en un medio de inclusión social que ayuden a mejorar los factores de calidad de vida y competitividad económica en medios deteriorados y de pobreza en Colombia.
Justificación de la inserción urbana de la propuesta
El edificio se plantea como una estructura visible, un edificio emblemático, representativo y símbolo del barrio, un elemento primario en el sector que, por su forma misma, se diferencia del contexto que lo rodea, un contexto sin planificación urbana. De esta forma se convierta en aglutinador y en un elemento de orgullo para la comunidad.
La imagen del edificio se referencia a la geografía de la región. Más que un objeto arquitectónico pretendemos desarrollar un edificio paisaje que se relacione con la geografía y la topografía donde se inserta. Buscamos encontrar reglas de organización para desarrollar proyectos que favorezcan un “nuevo contrato natural”, reformulando las relaciones entre estas dos (fondo y figura), una aproximación en la búsqueda de ideas alternativas capaces de favorecer ese “nuevo contrato natural” en sintonía con un paisaje y un orden natural.
Los módulos se implantan como si fuese un sembrado de flores de tres pétalos que se van encadenando para recorrer el lugar permitiendo el máximo uso del área del lote destinada para el preescolar, abriéndose y construyendo patios que relacionan el interior-exterior de forma fluida.
Justificación de la solución organizativa adoptada
Módulos y sistemas adaptativos
El Sistema
Nuestro proyecto desarrolla una estrategia funcional, espacial y ambiental basada en un sistema modular o de patrones repetidos que pueden conectarse de diversas maneras, lo cual le permite adaptarse a diversas situaciones urbanas, educativas, topográficas o geométricas. Dicho sistema construye espacios interiores de juegos, y espacios contenidos de jardines, además de generar diversas situaciones educativas: clases concentradas, clases al exterior en zonas cubiertas, concentración del colegio en un amplio patio abierto, dispersión en zonas de juego variadas y vinculación del ecosistema nativo a la educación, a través de la siembra y cuidado de espacies endémicas.
Mas que una arquitectura acabada y cerrada planteamos el desarrollo de un sistema abierto y adaptativo; compuesto por módulos en flor; estos son capaces adaptarse a las más diversas situaciones, ya sean topográficas, urbanas o programáticas; lo que genera edificios dispuestos a crecer, cambiar y adaptarse según circunstancias particulares o temporales, una estrategia que admite cambios, accidentes e intercambios, pensada mas como un método que como una forma permanente y que solo existe en virtud de su capacidad de cambio.
De este modelo se están construyendo otros dos preescolares en las localidades de La Paz y Bureche, en la periferia de Santa Marta.
El Módulo
Proponemos el desarrollo de un módulo en forma de flor (cada uno con tres brazos de programa, y un patio central), los cuales pueden rotar en los extremos de conexión, para tomar la mejor posición en el lote y con respecto a los demás módulos, conformando un sistema en cadena.
La configuración espacial parte del entendimiento de la filosofía pedagógica de Loris Malaguzzi, de la cual nace la idea de crear un elemento que sugiera 3 centralidades relacionadas entre sí, y que provoquen una serie de situaciones y experiencias entre los niños, los educadores y la familia.
Por otro lado, en términos pragmáticos, existe la necesidad de generar un crecimiento progresivo para la futura vinculación de más niños al Centro. Se emplea un sistema modular (basado en las 3 centralidades) al que es posible agregar módulos dependiendo de las necesidades y posibilidades de distribución. De acuerdo a lo anterior, este sistema es adaptable a diferentes y diversas zonas y ubicaciones prediales, configurándose por medio de la adición y repetición de un módulo tipo que alberga los requerimientos del programa arquitectónico y que, en términos espaciales, sigue la línea pedagógica del Centro, generando espacios de encuentro para el libre esparcimiento que involucre aprendizaje.
El módulo tipo se caracteriza por ser un espacio flexible y neutral que permite el desarrollo de múltiples actividades en su interior, así como también está muy relacionado con el ambiente exterior más próximo, (patio interior y exterior) permitiendo de ésta forma una relación muy estrecha entre todos los niños y maestros.
Posibilidades de adaptación del módulo
Cada módulo típico contiene los servicios sanitarios, dos aulas de preescolar y un aula sensorial las cuales se abren y relaciona a través del patio permitiendo desarrollar un continente educativo identificable por lo niños. El módulo permite adaptarse a otro tipo de usos como comedor y cocina.
Los ajustes de conexión se comportan como zonas cubiertas de descanso, educación, y juegos, y al interior de los patios pueden darse clases abiertas, o actividades de recreo.
Características constructivas generales de la edificación
Los edificios tienen un sistema de muros portantes en concreto proyectado de fácil implementación y rápida construcción. Estas muros funcionan como membranas de soporte lo que elimina las columnas y vigas del sistema portante, permitiendo voladizos de 4 metros en los extremos de las aulas. Estos muros se recubren con elementos cerámicos (mosaicos venecianos) lo que ayuda al mantenimiento y la limpieza del edificio.
El sistema constructivo permite construir los 1.450 m2 en siete meses, tipificando u modulando los paneles para ser reutilizados en los otros modelos.
Arquitectura sostenible
El proyecto apunta a la sostenibilidad desde varios frentes con el fin de mejorar el contexto urbano de la población, generando conciencia pensando en la generación actual y futura, intentando producir un cambio social y ético que abarque un modelo de desarrollo para la población circundante.
El proyecto cuenta con condiciones de edificabilidad y habitabilidad, tales como el de poder regularse térmicamente a través del sistema de muros de fachada de alta eficiencia térmica apoyada con ventilación natural, lo cual evita el uso de aire acondicionado y reduce el consumo energético no solo en el mantenimiento normal del Jardín Infantil. Igualmente, este sistema constructivo de muros también redujo el consumo de energía en obra; los materiales empleados en la construcción minimizaron la cantidad de residuos de la obra bajando el impacto medioambiental; la orientación del edificio es sur-norte; su configuración arquitectónica permite una ventilación e iluminación natural. El proyecto contempla zonas con ornamentación floral y huertas para agricultura urbana contribuyendo a mejorar la calidad ambiental, paisajística y económica del entorno urbano y de su población, respectivamente. Se optimiza el uso del agua al usar aparatos ahorradores, y el reciclaje del agua lluvia y grises para su posterior uso en baños, en cultivos y, si sobra, para beneficiar a la comunidad más cercana. El manejo del reciclaje de residuos se hace desde la fuente de manera que se pueda entregar al sistema de recolección bajando el costo de este servicio y a su vez generando ingresos para el Jardín, en el caso de la venta de materiales reciclables. Los residuos producidos en la cocina se utilizan para generar compostaje usado posteriormente para las zonas de cultivos. El proyecto esta socialmente comprometido no solo por ser un jardín social que apoyará el bienestar de la primera infancia, sino además, por medio de la agricultura urbana, ayudará a las familias al promover el aprovechamiento de los recursos naturales con un fin económico para uso personal y retributivo monetariamente.
Agricultura y productividad urbana
“El proyecto «Agricultura Urbana», contribuye en la seguridad alimentaria y nutricional, la sostenibilidad ambiental, la construcción del tejido social, la consolidación de procesos integrales de participación, intervención y apropiación del territorio, «alternativa para superar la pobreza y la exclusión que afecta un gran porcentaje de la población…” (Jardín Botánico de Bogotá, José Celestino Mutis, Agricultura Urbana, Manual de Tecnologías, Bogotá 2009).
El proyecto implementa la agricultura y la productividad como eje temático complementario en el desarrollo de las actividades educativas. Se pretende, como bien lo expresa el párrafo anterior, darles a la comunidad y al individuo la oportunidad de ser productivos, para beneficio propio y del colectivo. El proyecto de agricultura es un instrumento productivo que se basa en los siguientes ejes:
-Cohesión del tejido social
-Apropiación del territorio
-Disminución de la violencia
-Seguridad alimentaria
La arquitectura escolar como lugar de formación
La arquitectura es capaz de generar comportamientos y producir situaciones de aprendizaje, es por esto que creemos que el espacio escolar en sí mismo es un mecanismo de aprendizaje. Somos capaces de enseñarle a un niño de la primera infancia, en el uso de materiales, que es blando vs duro, abierta vs cerrado, frio vs caliente, así como otras muchas opciones de uso.
El modelo busca valorar a todo el espacio escolar como lugar de formación. Éste no sólo viene dado en las aulas sino también en el vacío de las circulaciones y los patios como lugar variable capaz de asumir los cambios de actividades, eventos y el espacio exterior. Un lugar para los juegos, los sueños, los roles.
Esta búsqueda presupone crear ambientes pedagógicos (tematizaciones) en vez de arquitecturas, el objetivo es evolucionar de un sistema de organización abstracta a un sistema de relaciones de ambientes (continente pedagógico), en el que los objetos no sólo trabajan por disposición, sino que se crean a través de la interacción. Sistemas de ambientes (una máquina de percepciones) apostando por una secuencia de recorridos lineales cambiantes y temáticos en contra de los espacios de distribución, los cuales no son capaces de potenciar la aparición de espacio indeterminados para la multiplicidad de acontecimientos. Para esto se plantearon espacios con las siguientes características de formación:
– El Espacio escolar como elemento del currículo oculto
– El Espacio escolar como instrumento didáctico. Espacios tematizados – rincón del lenguaje, taller de muñecas, etc.
– El Espacio escolar como lugar de convivencia y relaciones. Los sub-espacios de patios para le reunión de la comunidad escolar.
– El Espacio escolar como ámbito estético. La imagen como referencia al mundo – árboles, huellas de animales, etc.
– El Espacio escolar como territorio del significado. Referencia a espacios de la ciudad – plaza, autoridad, mi espacio-subespacio, etc.