23.4.2025
Escuela Waldorf de Nairobi
Un pueblo para niños escondido en el bosque
El proyecto fue encargado por una escuela Waldorf de Nairobi, una institución profundamente conectada con la naturaleza y arraigada en la antroposofía. Los edificios debían construirse de forma rápida y rentable (con un coste de 250 $/m²) y con una vida útil temporal, ya que el contrato de arrendamiento del terreno vence en 10 años.
El concepto consistía en crear una pequeña aldea para niños enclavada en el bosque, preservando la antigua casa del lugar para albergar aulas y servicios adicionales. El terreno era un bosque rico en especies arbóreas autóctonas, y el objetivo era integrar la escuela armoniosamente en el entorno natural. Para lograrlo, las aulas se diseñaron como una ciudad dispersa, estratégicamente ubicadas en claros del bosque. Las aulas presentan formas suaves y orgánicas, con una configuración en espiral, inspiradas en las manyatas masái y otras arquitecturas vernáculas kenianas.
El diseño buscaba fomentar una profunda conexión entre los alumnos y la naturaleza. Para potenciar este vínculo, se introdujeron «paredes vivas». Considerando la naturaleza efímera del proyecto, los muros se construyeron rellenando el espacio entre dos láminas de policarbonato con tierra sobrante de excavaciones y una segunda capa de hojas del bosque. Esta innovadora técnica satisfizo la necesidad del cliente de rapidez y rentabilidad, a la vez que ofrecía una estética única. La transparencia del policarbonato revela la vida dinámica dentro de los muros (hormigas, insectos, plantas, raíces) y refleja la luz natural y los colores en las aulas. Estos muros vivos en evolución transforman las aulas en entornos vibrantes y activos, animando a los estudiantes a observar la biodiversidad de cerca.
El sistema de construcción se diseñó para ser adaptable y estar impulsado por la comunidad, involucrando a niños, padres y maestros en el proceso. Siempre que fue posible, se reciclaron y reutilizaron materiales de las aulas desmanteladas: pisos y paredes de madera se convirtieron en parapetos, y las tejas se transformaron en límites de caminos. Los bidones de aceite se reutilizaron en lavabos, mientras que los troncos de los árboles, retirados para despejar el espacio para campos deportivos antes de recibirnos, se utilizaron creativamente como biombos en el comedor. Un viejo contenedor de carga del antiguo recinto escolar se reubicó y adaptó para la nueva biblioteca. Además, se mezcló tierra en las losas de las aulas y los caminos de concreto para minimizar el uso de cemento y agregados externos, promoviendo un enfoque más sostenible.
Este enfoque combinó creatividad, sostenibilidad y participación comunitaria para crear un espacio de aprendizaje verdaderamente único.
Leé la nota original en inglés > https://arqa.com/en/architecture/nairobi-waldorf-school.html