18.2.2019

Escuela 892

En 2006 APAER hizo un convenio con el Banco Hipotecario para la donación de los fondos para hacer frente a la nueva construcción. Estos fondos cubrirían la totalidad de los materiales y el equipamiento, y como contrapartida, la comuni-dad se comprometía a proveer la mano de obra.

Una historia trágica

Esta breve historia es la de la comunidad del aula satélite Nº536 Andrés Guacu-rarí, Colonia San Juan Bosco, San Pedro, Misiones.

Esta comunidad se asentó en terrenos fiscales y, mientras ocuparon estas tie-rras, con muchísimo esfuerzo y casi sin ayuda construyeron su primera escuela de madera.

Por razones que ignoramos este predio fue vendido a una empresa yerbatera y, por motivos desconocidos, en febrero de 2005 la escuela fue incendiada inten-cionalmente.

Después de este nefasto hecho, la escuela se alojó a una casa de familia que prestó sus precarias instalaciones para que pudieran seguir teniendo clases.

Finalmente la comunidad se trasladó a otro predio donde cada familia pudo ob-tener definitivamente un terreno propio y, de común acuerdo, resignaron un por-centaje de sus lotes para constituir el predio comunitario para la escuela.

Como carecían de todo tipo de medios y ayuda, volvieron a levantar una escuela de madera usando hasta las chapas quemadas del edificio original.
Es en estas circunstancias que en 2005 los padrinos, Escuela Fishbach Coope-rativa, le solicitan a APAER ayuda para la construcción de la nueva escuela.

La metodología de trabajo

En 2006 APAER hizo un convenio con el Banco Hipotecario para la donación de los fondos para hacer frente a la nueva construcción. Estos fondos cubrirían la totalidad de los materiales y el equipamiento, y como contrapartida, la comuni-dad se comprometía a proveer la mano de obra.

Ese año viajamos un grupo de voluntarios de APAER con el fin de llevar a cabo los acuerdos necesarios y detectar los recursos materiales y humanos con los que íbamos a contar para poder llevar adelante la obra.

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Les presentamos un proyecto que ajustamos y acordamos con ellos.

Se iban a construir 2 aulas, cocina-comedor y los sanitarios ya que contaban con 2 cargos efectivos. Durante la obra y debido a ella, nombraron a la maestra de nivel inicial con lo que el proyecto debió ampliarse en un aula más y sumar la cocina y el comedor comunitario.

La totalidad de los materiales fue adquirida en la zona con el objeto de usar re-cursos locales y además que la mano de obra estuviese familiarizada con la tec-nología a utilizar.

También tuvimos que capacitar a algunos de los padres que se iban a ocupar de construir la nueva escuela.

Hicimos una serie viajes en momentos muy específicos, con la intención de se-guir el desarrollo de los trabajos y garantizarle así al Banco Hipotecario la cali-dad de las obras que se estaban llevando adelante.

Resultados obtenidos

Tangibles:

– Se instaló la red eléctrica.
– Se hizo la perforación para obtener el agua potable para la escuela y la comuni-dad.
– Se construyó una escuela de 3 aulas con servicios sanitarios y el comedor-salón social.
– Se rescató el monte frente a la escuela que iba a ser talado.

Intangibles:

– Se transmitieron capacidades constructivas a miembros de la comunidad que luego fueron capitalizadas en otros emprendimientos.
– La escuela se transformó en un lugar de referencia y pertenencia para la comu-nidad donde se llevan todo tipo de actividades que sin duda redundan en una mejora en la calidad de vida de toda la colonia.
– Debido a las nuevas instalaciones lo que era un aula satélite de la escuela Nº536 pasó a ser la nueva escuela Nº892 Andrés Guacurarí.

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El proyecto

Para llevar adelante el diseño de la escuela debíamos tener en cuenta una serie de factores muy específicos.

El costo:

Como es evidente el costo de este tipo de emprendimientos debe ser el menor posible ya que no contábamos con el dinero suficiente para hacer una construc-ción tradicional. Cada decisión arquitectónica debía ser verificada en el costo final de la obra.

El costo fue de u$s130.-/m2 para la totalidad de los materiales necesarios para todo el emprendimiento.

La tecnología:

Uno de los temas importantes a resolver para la zona era el tema térmico. La limitante del costo /m2 no nos permitía contar con un aislamiento térmico muy eficiente .Esta restricción nos llevó a diseñar una cubierta con un sistema muy simple y efectivo de ventilación: la ventilación laminar.

Para aumentar la efica-cia se optó por un techo a una solo agua de manera de extremar el movimiento de aire dentro de las aulas.

Muchas de las decisiones constructivas fueron tomadas de acuerdo a las capa-cidades de los padres que iban a construir la escuela, así por ejemplo, el techo se hizo de madera pero con muy pocos cortes ya que no tenían herramientas muy sofisticadas para hacerlo, la forma de las columnas es una muestra de ello y la manera de hacer las cabreadas es otro claro ejemplo de estos condicionan-tes.

Las carpinterías también se hicieron de madera porque pudimos conseguir que la municipalidad done una serie de rollizos que habían sido decomisados a tala-dores furtivos y con mano de obra local pudimos hacerlas a un costo bajísimo.

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El basamento se hizo con ladrillos comunes de 0,30 y luego el resto de los mu-ros con ladrillos huecos de 0,18 con columnas de hormigón, que finalmente iban a anclar el techo de la succión del viento que en esta zona de la provincia son muy fuertes. En septiembre de 2009 pasó muy cerca un tornado y lo único que tuvimos que lamentar fue la voladura del sombrerete de la ventilación de la coci-na económica.

El programa:

El programa de la escuela fue hecho de acuerdo a las normas que exige el Mi-nisterio de Educación en lo referido al tamaño de las aulas y a los requerimien-tos de accesibilidad para discapacitados, tanto a las aulas como a los baños.

Cuenta con 3 aulas, servicios sanitarios, cocina, comedor-salón comunitario y galerías todo el largo de la escuela.

Conclusión

Es importante destacar para comprender la real magnitud de este proyecto que la escuela fue construida en su totalidad por voluntarios.
Un agradecimiento a Cecilia Oliva, APAER, Banco Hipotecario, Escuela Fish-bach Cooperativa, Liriana Yuguet y a todos los padres y alumnos de la escuela Nº 892 Andrés Guacurarí.

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