Colegio en la Amazonia boliviana

Proyecto ganador del premio a la mejor obra de arquitectura de la V Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo, Montevideo.

Proyecto arquitectónico y supervisión de obras
Arq. Rolando Javier Aparicio Otero
aparicio@cotas.com.bo
www.aparicioarquitectura.com

Viajamos a diseñar y construir un colegio en Villa Bush, sin agua, sin luz, sin celulares. Lo que sí había era una tranca tan inflexible como lenta, al lado de nuestro terreno. Este proyecto indisoluble de su obra no puede describirse ni evaluarse con números y planos, es una campaña, como llaman a las guerras. Una anciana del lugar comentaba al pasar: Después del colegio, todo será mas fácil.

Es digno de mención que uno de los lujos de Cobija sea un colegio y no un karaoke o un shoping. Un colegio público y gratuito, el mejor de la ciudad, un proyecto con significación arquitectónica y social. Aun falta el financiamiento para concluir y equipar los laboratorios de informática física y química, para consolidarlo como uno de los mejores colegios públicos del país.

La arquitectura escolar, por muy buena que sea, puede llegar a ser eficiente pero no suficiente para la educación, es el hardware, pero lo mas urgente e importante es el software, que sigue repitiendo contenidos y prácticas que no se deberían enseñar.

Propusimos una arquitectura que resulte «pedagógica», en lo que el ambiente físico – cultural puede enseñar. Dignificar los ámbitos, ser una vivencia arquitectónica positiva. No aceptamos el criterio de dar a los pobres entornos frustrantes. Pobreza material no significa pobreza de espíritu, es el desafío de este proyecto.

Al ser un terreno difícil, con laderas arcillosas que encarecían enormemente las obras, utilizamos solo las partes altas y planas que, por ser de tamaño insuficiente, nos obligaron a un partido desconcentrado. La topografía nos condujo a hacer algo diferente a lo que el esquema de la educación represiva aconseja, un colegio desconcentrado, la cancha de fútbol ya no es el centro del universo escolar, los pabellones se ubican en la parte superior de las colinas. No se parece al esquema controlador clásico, los alumnos no están al alcance de la vista de los profesores, se mantiene un área de monte (1.5 Ha de reserva ecológica) dentro de la propiedad del colegio.

Techo de jatata y estructura de madera generan grandes sombras bajo las cuales amplificamos la ventilación interna con cortes y desniveles en las cubiertas. Altas estructuras de madera, diseñadas bajo la influencia aún próxima de la catedral que diseñamos para el Vicariato en Riberalta. La gran altura de las aulas es otra fortaleza del proyecto por su frescura y proporciones. No precisa ventiladores ni iluminación artificial, su costo operativo es muy bajo. Arquitectura sustentable y apropiada para el mítico calor de Cobija.

Hoy, en Villa Bush, cerca de Cobija, ya hay luz y un colegio diferente.

RAO