26.6.2012
Centro Socio Cultural Ágora
Como su mismo nombre indica, Agóra debe ser lugar accesible y abierto para la reunión de los ciudadanos y su expresión cívica. Este carácter público y colectivo enfrenta a la arquitectura necesariamente con un doble reto: De un lado, su Programa es complejo y múltiple, abarcando desde la cultura, la administración, la reunión, el espectáculo y los servicios sociales. De otro, aun siendo un edificio, su verdadera vocación está ligada y próxima al concepto y a las cualidades de una plaza.
Iconografía e Imagen Cívica
La urbanización del Sector 2 “San Pedro de Visma” –en el que se inscribe el Centro Ágora como centro cívico y vertebrador-, representa un paso más en la domesticación del paisaje natural y agrícola que rodea A Coruña. Para contrarrestar esta acción trabajamos con una arquitectura construida sobre los criterios de la simulación paisajística e icnográfica, con objeto de preservar el recuerdo del ambiente natural y rural que lo caracteriza hoy y que es seña de identidad de Galicia.
Proponemos una arquitectura integrada en la topografía natural del terreno y en continuidad con él. Y, para ello, las cubiertas se modelan como si de terreno se tratara, plantadas con sistemas verdes e hidropónicos, convocando la ficción simulada y decorativa de un paisaje rural que se asocie con el original.
La Montaña Mágica se ofrece como una cáscara vegetal y protectora en la que la arquitectura se camufla para integrar la ciudad y su entorno, para recordarnos la historia y la tradición de una región ligada al medio natural y rural, y para fomentar una idea de ciudad basada en la sostenibilidad y el equilibrio.
Organización Formal
La ordenación formal del Centro es reflejo de dos impulsos: uno espacial, que busca el equilibrio entre la nueva arquitectura y el paisaje en el que se integra; otro, dar cabida al programa de necesidades de acuerdo con sus necesidades de relación entre las partes y de uso de cada área (oficinas, espacios públicos, reunión, flexibilidad, etc., hasta albergar 10.000 m2 de diversas funciones interrelacionadas pero diferentes)
Por ello proponemos una arquitectura que equilibra figuración arquitectónica y la figuración paisajística, integrando forma volumétrica y terreno moldeado. Para ello, proponemos una estructura formal, espacial y sustentante trabada y densa, en la que se alternan y se integran sólidos geométricos y transparentes con vacíos fluidos y continuos que discurren entre ellos.
El resultado es un equilibrio entre interior y exterior y entre compacidad y fragmentación, cuya porosidad y transparencia debe garantizar su accesibilidad y carácter público, y cuya densidad y compacidad deben asegurar la capacidad de la arquitectura para construir el ambiente reconocible y protegido de lo urbano.
Espacios Públicos y Accesos
Enmarcada por una planta en forma de “U” e integrada en el terreno para producir una Plaza accesible y abierta, –construida en continuidad con el jardín-, el Centro Ágora se desarrolla alrededor y por encima de este espacio, central desde el punto de vista espacial, programático y simbólico.
La misión de esta plaza es acoger las actividades lúdicas, los encuentros cívicos, las actuaciones públicas y las actividades diarias. Es parte del Centro y, a la vez, su expresión más abierta: plaza y jardín yuxtapuestos para crear el ambiente cívico y urbano necesario para identificar y potenciar las cualidades particulares del programa de Ágora.
Reforzado por la alineación quebrada y retranqueada de la fachada, el Centro se ofrece, desde la calle, con la imagen de una colina verde y moldeada, arraigada en el terreno natural, que se desgaja sutilmente de éste para ofrecer un espacio accesible, público y transparente.
Forma y Construcción
Los sistemas constructivos elegidos son reflejo de la vocación de flexibilidad que necesariamente impone el programa: por la variedad de usos y su distinta naturaleza, por la variedad de tamaños derivados de los usos, y por la íntercambiabilidad que, por sentido común, debe existir entre los diversos espacios y áreas. El Ágora es un contenedor, una caja, pero con forma. Por ello, los sistemas constructivos son los de los contenedores, los propios de las cajas: estructura de celosía metálica de grandes luces en el perímetro y plataformas horizontales construidas con sistemas prefabricados (losas y vigas de hormigón armado, vigas de madera laminada y tableros sándwich de madera) sin estructura intermedia.
Como consecuencia de estos sistemas estructurales y constructivos, el espacio se ofrece abierto y diáfano, con un sistema de recintos modulares repetidos y de salas abiertas y continuas, cuyo uso viene determinado no tanto por la forma de las habitaciones –que no tienen- como por el sistema de acondicionamiento ambiental adecuado a cada uso y por el mobiliario ubicado en cada sala.