26.10.2023
Centro de Valor Agregado Comunitario
Partiendo desde las lógicas de la producción social del hábitat con integración de los actores locales, se trabajó en base a un taller de construcción y diseño participativo con la comunidad guaraní Arete Guazú (Caimancito, Jujuy).
Se compartieron conocimientos en el ámbito la construcción y la agricultura, buscando el diálogo de saberes para el planteo de alternativas con identidad. A partir de una serie de ejercicios y encuentros para dimensionar las necesidades, se proyecta una huerta agroflorestal complementada con un espacio para el agregado de valor y diversas tecnologías sociales de acceso al agua. Tanto los huertos como la sala, forman parte de una propuesta integral para brindar soluciones apropiadas para el hábitat con enfoque en la generación de alimentos.
El centro se inspira en el techo-sombra y la columna-horcón que caracteriza a los ranchos de la ruralidad chaqueña. La tipología Culata Jovai de cuartos enfrentados, se configura contenida en un ámbito de espacios continuos bajo un sobretecho para el confort térmico que unifica el conjunto. Reinterpretaciones de los muros de palo a pique, se materializan con un sistema de parasoles con galerías que amplían las dimensiones del edificio y facilitan su vinculación con el entorno. Tomando como referencia la arquitectura vernácula regional y los saberes campesinos indígenas, se activan una serie de soluciones bioclimáticas que componen el eje de la propuesta: acondicionamiento por ventilación cruzada, fachada de sombra vertical con entramados, espacios de cuartos enfrentados, galerías, etc. Sobre esta base se incorporan tecnologías sociales para la cosecha de agua y el tratamiento ecológico de aguas residuales. Los parasoles verticales se resuelven mediante sistemas inspirados en los característicos “envarillados” utilizados en los cercos guaraníes y las técnicas de “palo a pique” empleadas en los sistemas constructivos con tierra característicos de la región.
El empleo de la quincha, permite aprovechar la capacidad higroscópica de la tierra facilitando la absorción y desorción de humedad. Este comportamiento físico del material, representan otra de las ventajas que diferencian a estos sistemas constructivos. Sobre bastidores de madera se coloca un entramado de caña en la cual se aplica un mortero de tierra con paja, conformando un muro liviano de buena aislación térmica necesaria para las altas temperaturas de la región. Los morteros, revoques y pinturas son estabilizados mediante una serie de aditivos naturales que aumentan su resistencia a la abrasión y la erosión.
La metodología de trabajo presentada propone evitar transferencias ajenas a las realidades del lugar, elevando a los actores locales como diseñadores de las intervenciones y partícipes de sus propias decisiones. Mediante los procesos presentados, se busca lograr un edificio apropiado capaz de responder a los saberes, forma y función del espacio doméstico guaraní. La arquitectura propuesta responde a las trayectorias de las construcciones vernáculas, con la incorporación de soluciones de tecnología social capaces de responder a la necesidad del agua y la rigurosidad del clima.