29.5.2015
Centro Cultural Politeama, Teatro Atahualpa del Cioppo
El nuevo programa solicitaba la incorporación de una sala polivalente, aulas, cafetería, locales de dirección y de servicio para funcionarios.
El Teatro Politeama, principal infraestructura cultural de la ciudad de Canelones. Se inauguró en 1921 y albergó durante 60 años espectáculos artísticos, deportivos y hasta circenses. A partir de los años 80 al desgaste material se suman infelices intervenciones arquitectónicas contribuyendo a un proceso de degradación que culmina en 2012 con el cierre de la sala. La Intendencia Departamental, propietaria del inmueble, decide entonces llamar a un concurso- licitación con el objetivo de recuperar y complementar el teatro transformándolo en un complejo cultural.
El nuevo programa solicitaba la incorporación de una sala polivalente, aulas, cafetería, locales de dirección y de servicio para funcionarios.
Requería asimismo la recuperación y mejora del teatro con una renovación total del equipamiento técnico de escena y sala (acondicionamiento lumínico, térmico y acústico) así como de la envolvente material y butaquería. Se pedía, por último, garantizar la accesibilidad universal a todos los componentes del complejo.
La respuesta arquitectónica plantea tres grupos de acciones: la recuperación de la envolvente, la reestructura de áreas de apoyo y servicio y la construcción de un nuevo volumen en el área libre lateral que contiene la cafetería y parte de la sala multipropósito.
En la nueva solución el espacio de cafetería se resuelve en continuidad con el foyer compensando la estrechez dimensional de éste al tiempo que incorpora un interés adicional como soporte expositivo.
En términos expresivos el nuevo volumen se asocia al preexistente de un modo complejo. Reconoce el protagonismo del edificio del Teatro y de él extrae las directivas de su diseño: su materia y color, su altura y la de sus componentes formales, la alineación de la fachada y el protagonismo del lleno sobre los huecos al tiempo que la relación se tensa con el uso de opuestos: al peso del edificio preexistente se asocia un volumen leve, que renuncia a la masa y opta por planos que se articulan con la lógica de un origami. En la memoria genética de uno está la piedra, en la del otro el papel.