27.10.2015
Casa Rumilahua
La edificación se “asienta” en el terreno mediante muros de hormigón en color ocre y textura rústica, los que tanto brindan protección como permiten en sus interrupciones y calados disfrutar de vistas extraordinarias desde cada uno de los ambientes.
En la cordillera andina a 3.300 metros de altura y rodeada por el Sincholagua, Cotopaxi, Rumiñahui, Corazón, Pasochoa, e Ilinizas se halla la hacienda Rumilahua.
El proyecto que amplía una pequeña casa existente, fue creado para que sus propietarios compartan en familia y con amigos su afición por el paisaje natural del páramo y la crianza de caballos. La edificación se “asienta” en el terreno mediante muros de hormigón en color ocre y textura rústica, los que tanto brindan protección como permiten en sus interrupciones y calados disfrutar de vistas extraordinarias desde cada uno de los ambientes.
Los volúmenes en el exterior se componen con una envolvente que va de la cubierta a los muros, jugando con un ritmo desacompasado con los vanos de los muros, para lo que se utilizan tabiques de fibrocemento y placas de yeso, aislados con fibra de vidrio y recubiertos de láminas de acero oxidado. La textura de los muros es lograda con encofrados hechos con tablillas de madera de eucalipto y la estructura de la envolvente se resuelve con pórticos de madera de seike encolada, ensamblada en fábrica y armada en obra.
Se logra un adecuado confort de temperatura aprovechando la acumulación de calor en los entrepisos y muros, y evitando su pérdida con los tabiques aislantes en paredes y cubiertas, así como vidrios laminados que permiten resistir los helados vientos del sector.