Casa Membrane

Al desarrollar el concepto, se tuvo en cuenta: el análisis del sitio, los modelos arquetípicos de la psique humana, la plasticidad de la autopoiesis y la filosofía de la poesía lineal.

La orientación de los espacios interiores de la casa está dictada por las características del territorio visual. El edificio fue diseñado teniendo en cuenta el potencial de la belleza natural y la necesidad de limitar el contacto visual con las casas vecinas.

Los modelos arquetípicos del inquilino son el creador, el sabio, el gobernante, el héroe.

El contexto psicológico está indicado en el proyecto por un símbolo, un signo de toda la psique: este es el huevo de Assagioli. En el centro de la estructura (casa), según Assagioli, se encuentra

«yo consciente», rodeado por una membrana: un caparazón (el caparazón de la casa). A través de la membrana se produce la circulación de energía desde el espacio interno hacia el ambiente externo, y viceversa. El contenido simbólico del proyecto marcó las zonas funcionales y de forma, abriendo el local principal al mar, y cubriendo la fachada posterior con una concha.

El proyecto tuvo en cuenta las sensaciones que emanan del entorno. Por un lado, la continuidad, la fluidez, la dinámica, la apertura, la sensualidad, por el otro, conceptos en consonancia con la filosofía del formalismo y la continuidad de los procesos naturales de autorreproducción, como la autopoiesis. Al moverse a lo largo del edificio, crea la impresión de continuidad, cambio continuo de forma e imagen efímera.

Con base en el análisis del sitio y el simbolismo, se formula la tesis principal: Totalidad / Autopoiesis / Caligrafía; «Un edificio residencial que refleja contenido, estética, estructuras naturales». La imagen viva se abre gradualmente, creando intriga a lo largo de la ruta de exploración y movimiento alrededor de la casa, a partir de la entrada principal, donde se traslada a una atmósfera de cambio, reproducción de energía y fluidez.

El edificio está ubicado lado largo a lo largo de la carretera. La apertura de la fachada principal se opone a una pared monolítica del edificio en el lado norte, donde el espacio habitable de la casa está protegido por un caparazón de las vistas desde el desarrollo residencial privado. A través de una membrana simbólica, una viga en voladizo y una piscina en voladizo, el núcleo del edificio se abre al mar. Combinando dos conceptos: privacidad y amabilidad con el entorno natural.

La entrada principal se encuentra en la parte norte. Una sala de estar con vistas al mar se encadena en el eje de la entrada. Al mismo tiempo, al entrar en la casa, por el contrario, hay un sentimiento de emancipación, de liberación de lo convencional, de movimiento de la oscuridad a la luz.

La casa consta de dos plantas residenciales y una técnica, que forman una cascada.

El primer piso cuelga sobre el relieve, el segundo está empotrado profundamente. Debido a la consola, se aísla la posibilidad de contacto visual de la carretera con el espacio interior de la sala de estar.

La organización del paisaje está subordinada a las soluciones arquitectónicas. Desde el lateral de la fachada principal se prevén caminos de circunvalación que conectan la casa con plantaciones de tejos, cipreses y olivos. Debido al uso de plantas locales características de la latitud, piedra local, se produce la máxima integración en el entorno de Sochi.

El proyecto incluye los motivos de las estructuras naturales, la plasticidad de las líneas caligráficas y la fluidez de las formas, y sumerge al inquilino en un fluir creativo y en contacto con la naturaleza.

Leé la nota original en inglés > https://arqa.com/en/architecture/house-membrane.html