Casa Fausta

Vivienda unifamiliar de dos niveles en un predio intermedio en el loteo clásico de un barrio jardín. Con una diferencia: su frente mira al este y al descampado del Parque y el pequeño arroyo. La volumetría de la casa contrapone su altura con la pendiente natural del terreno hacia el arroyo. Esta topografía “esconde” la segunda planta en un patio inglés muy íntimo y abierto al Norte, despojando de condición subterránea a esa planta.

La geometría instala la casa en la mitad Sur del padrón, abriéndose enteramente al Norte, donde se instalan los espacios de mayor uso y estancia. El hormigón y la pizarra hacen el juego expresivo que se manifiesta con simpleza, gris-negro, sombra-sol, todo el planteo estético resumen en este par de pares, provocando una elocuente expresividad.

Seguridad/Intimidad
Un aspecto relacionado a una visión asumida sobre la seguridad e intimidad de la vivienda. Dicho esto explorando una falsa contraposición respecto al vínculo implicado con el espacio exterior y el parque que se encuentra a su frente. La casa asume una paradojal posición del aislamiento y la conexión como metáforas de la vida contemporánea y una idea de urbanidad y vecindad que pretende ejercer con vocación.

Ese desafío construye una materialización que oscila entre los vacíos condicionados y los filtros seguros. Accesos, galerías y patios constituyen el ámbito de interface, conformando una esfera de coacción, que anticipa y protege los espacios más íntimos. Las decisiones proyectuales están inspiradas en el esquema de espacios concéntricos desde lo más expuesto hasta la intimidad.

Materia/Luz
Formalmente, la casa se identifica como la manifestación de una materia dura, sosteniendo los círculos más íntimos, en un juego de “tapa de caja” desafiantemente pesada de hormigón rústico, descansando en un espacio presionado que juega, en su interior, con momentos materiales más sutiles, de piedras, de melaminas, de vidrios.

La tapa sólida se descansa en el aire que presiona. La galería y la terraza disfrutan la fricción de la presión manifiesta, el límite, la fachada se articula según las vivencias y las actividades esperadas.

En su interior, un espacio continuo apenas ordenado por desniveles y objetos de usos consume la planta de acceso, con su vínculo regulado hacia el parque y la fuerte vocación de sol de los espacios más cotidianos, la terraza, el jardín. En definitiva, una exploración de la virtud sólida del hormigón, sofocante, contenedora y segura, junto a un diálogo estimulante con el sol y la luz.