18.6.2012
Casa Chloe
Intentamos ser sutiles y cotidianos en el uso de los materiales, como medio expresión. Hay una búsqueda en cómo éstos se unen, se muestran, se despegan o se expresan según sus cualidades.
Los árboles van mutando con el correr de las estaciones, las copas crecen, las hojas caen. El piso se humedece, florece y crece modificando no sólo el espacio que lo contiene sino también las situaciones que con él conviven, transmitiéndonos su temperatura, su luz, sus sensaciones y hasta su estado de ánimo. ¿Cómo lograr esta convivencia con el programa habitual de una casa? ¿Puede éste abrazar al patio como si se tratara de algo sagrado? ¿Es posible generar un espacio sin límites?
A partir de esas inquietudes nació la idea de la casa Chloé. Entonces se colgó el entrepiso de tres vigas invertidas, dejando que la vivienda interactúe con el exterior. Así fue como se fusionaron los límites con el paisaje interior, que se construye a partir de un patio dinámico, orgánico y de formalidad sugerente.
La casa Chloé es muy simple. La planta baja contiene el espacio público y un paquete de servicios enfatizado en su dura materialidad. En la planta alta, el espacio privado se suma a un estudio vigilado por un proyector que se colocó en la losa rampante con butacas en desnivel. Al realizar esta operación, el estudio es más alto, tiene una relación directa con el living-comedor y le proporciona una escala adecuada al acceso social.
Superando el cero de la casa Chloé se genera un recorrido circular que permite el reconocimiento de la totalidad de la obra culminando en la terraza accesible, un espacio que para nuestra forma de ver la arquitectura permite disfrutar desde otro lugar el entorno inmediato.