17.9.2005
Casa Brown
Ubicada sobre una esquina de la avenida de ingreso, la de los eucalyptus casi centenarios del club de campo Kentucky, frente a la autopista a la altura de Funes, a unos veinte kilómetros al oeste de Rosario.
El lote está al norte de los eucalyptus en una posición de proximidad con los árboles que fueron separados por un retiro con una diagonal a 30 grados como prevención de la caída de ramas, que a generado una esquina con ángulo agudo que posibilitó desarrollar el proyecto en forma de V.
El encargo, una residencia permanente para un matrimonio con tres hijas grandes, que decide cambiar una condición urbana por una situación de calidad de vida mas cercana a la naturaleza, mas tranquila. Teniendo en claro que quizás sea corto el tiempo de permanencia de las hijas en la vida de la casa, pero que si se podría ampliar la familia con el tiempo y seria bueno estar en posiciones separadas, esa y otra serían las condiciones del proyecto, techos inclinados de chapa.
Todo el desarrollo del anteproyecto y luego de la obra fue dado en el marco de una actitud de predisposición, sentido común y mucha comunicación. Debo reconocer el papel de exigencia como posibilitador, el rol jugado por los comitentes ha sido fundamental en el desarrollo de toda la obra.
La planta se despliega en el ángulo agudo sobre los dos lados expuestos a la mirada, la construcción cobija un espacio central de una gran galería y dos alas opuestas, una al este, los tres dormitorios, baño y cocheras; la otra al oeste la suite. Dos escaleras* nos llevan a sendos entrepisos, lugar de trabajo y lectura. La casa dado el desarrollo de su techo, disimula la planta alta por su aspecto achaparrado. La materialización es austera, mínima, un solo color blanco, un solo piso interior adoquines de madera, techos y maderas de pino oscuras, es un interior rico en movimiento y reflejos de ventanas direccionadas buscando atravesar el espacio hacia la observación de los árboles.
Todo lo exterior desde el piso hasta una línea de dinteles es de doble muro de adoquines de piedra, como una calle vertical, alzada como alegoría de una urbanidad amenazada.
Rosario, octubre 2004
*De las escaleras. Para subir apelamos al principio mismo de la madera terciada tres placas trabadas con las vetas en sentidos opuestos, así a la fricción utilizamos el multilaminado en dos piezas de 1,8mm una horizontal la otra vertical, unidas y pegadas son la devolución de una mirada transparente a su lógica constructiva donde cierta inestabilidad aparente esta dada por el ocultamiento intencional de la pieza vertical.