4.4.2014
Casa Acassuso
La geometría de esta casa responde a las líneas del terreno y a la ingeniosa resolución de un programa funcional complejo en un terreno acotado.
La planta dispuesta en forma de V, conecta las distintas funciones a través de puentes vidriados, que nos remiten al exterior y generan vacíos interiores que enriquecen espacialmente la vivienda.
El programa se desarrolla en tres niveles. El subsuelo, dispuesto a medio nivel respecto de la cota de la calle, donde se encuentra el garage y las áreas sociales, como el playroom, quincho y spa, una planta baja elevada y pública, y un primer piso privado. El recorrido exterior, a través de una escalinata de piedra, nos sorprende en su remate al vislumbrar un estanque de agua elevado, colorido y en movimiento, como antesala al acceso principal. Un ecosistema que varía según la estación del año y que dota de un paisaje propio a esta vivienda.
Este estanque rebalsa, y cae, copiando la textura del plano de chapa oxidada, y se mece sobre una bandeja de agua que se encuentra situada en el patio interior del subsuelo, rodeado de verde. El agua tratada como elemento integrador, cose los niveles de la casa, visualmente conectados a través estos claros de luz o patios interiores. Una casa en movimiento, con una audaz idea de recorrido, que a medida que se desarrolla va formando terrazas verdes que dan al río, en donde la naturaleza se hace presente, componiendo un cuadro armonioso con el hormigón de la fachada.
Los interiores cálidos, se vuelven diáfanos, y permeables a través de los grandes ventanales, que desdibujan los límites de esta vivienda. La conexión exterior entre los distintos niveles se da de manera orgánica, a través de barrancas que cosen la planta baja con el subsuelo y rematan en los patios interiores. Una obra que supo crear su propio paisaje interior, con una respuesta única al desafío que suponía la implantación y el programa funcional.
Un paisaje hecho casa.