BTEK, Centro de Interpretación de la Tecnología en Bizkaia, España

Los condicionantes de partida más significativos marcados por el promotor, Parque Tecnológico SA, fueron los siguientes:
•    Generar un espacio expositivo muy flexible y variado, capaz de acoger todo tipo de exposiciones.
•    Diseñar instalaciones de alta eficiencia energética y usar energías renovables.
•    Proyectar una cubierta (la destinada a albergar paneles solares) cuya geometría fuera similar a su logotipo, de forma triangular.

La ubicación de la parcela, en una de las zonas más altas del Parque Tecnológico De Bizkaia y con una gran repercusión visual, ayuda al objetivo de partida de proyectar el  edificio como hito, un referente en el paisaje. Este planteamiento era especialmente importante en el origen del proyecto, cuando no existía ningún edificio en el entorno ni se esperaba que los hubiera en un futuro  próximo. En ese momento, la parcela estaba rodeada de prados, con excelentes vistas hacia el Parque Tecnológico De Bizkaia y visuales hacia la autopista de circunvalación de Bilbao y, en paralelo, a la cercana pista del aeropuerto.

El edificio se configura a través de dos volúmenes piramidales aparentemente exentos y conectados entre sí, bajo rasante:
•    El primero, es un volumen negro que surge de la tierra, de una composición más pesada y cerrada por sus tres fachadas metálicas y cuya cubierta está formada en su totalidad por una retícula de paneles solares.
•    El segundo volumen, en contraposición con el primero, está generado por dos fachadas de muro cortina y una cubierta de césped artificial que nace como una prolongación del terreno y viene a ocupar en planta la totalidad de la parcela hasta los límites de edificación.
•    Las cubiertas de la conexión bajo rasante, también de césped artificial, se funden con la parcela y el entorno que les rodea.

La entrada peatonal se genera a través del primer volumen, en el pliegue de una esquina que marca la entrada al edificio y muestra la rampa de acceso. A medida que se desciende, un vuelo metálico cubre la llegada, recogiendo al visitante.

El paso al interior es el salto al espacio de recepción, denominado “desfiladero” por sus estrechas dimensiones y sus 18 metros de altura libre. Las fugas se acentúan debido al estrechamiento del recorrido y a la bajada de altura del techo a medida que se avanza.

El programa expositivo del edificio se organiza en tres plantas que se van escalonando y desplazando en paralelo a la fuerte pendiente de la parcela, de tal manera que la planta baja y la planta -2 tienen acceso directo al exterior a cota de calle. Las conexiones entre las tres plantas se realizan a través de grandes escaleras y rampas que acompañan a la geometría y volumetría del conjunto, de tal manera que se entiende el edificio como un único espacio continuo sin cierres ni divisiones.

Se ha diseñado un recorrido secuencial a través de las cinco salas, de características muy distintas, que responden a posibles exposiciones y contenidos muy diferentes: Desde salas de techos de altura convencional a Salas de altura variable con y sin iluminación natural en las que se llega a alcanzar 16 metros de altura libre.

Próxima a la entrada peatonal, se ha proyectado una amplia rampa para el acceso rodado al aparcamiento y salas de instalaciones, que, a su vez, permite el acceso directo a las salas expositivas para la introducción de grandes piezas.

El diseño del edificio minimiza su impacto ecológico mediante la reducción al máximo de las necesidades energéticas y su resolución basada en equipos eficientes y fuentes renovables. El resultado es un edificio compacto, excelentemente aislado térmicamente y protegido de la radiación directa del sol.

El sistema que procura el confort térmico interior y la gran limpieza de aire exigible a un edificio de estas características tiene como fuente primaria una bomba de calor geotérmica que, utilizando unos captadores verticales en suelo de 135 m de profundidad, permite resolver las principales necesidades de calefacción y refrigeración. Esta bomba está complementada por otra, de cara a asegurar las condiciones del conjunto del centro, procurando un 30% de ahorro respecto a sistemas convencionales. Además, de esta manera se evitan otras fuentes de contaminación como son la expulsión de aire térmicamente alterado o la emisión de ruido, que se elimina casi por completo.

El resto de la instalación de climatización se ha adaptado para aprovechar las ventajas de esta tecnología, utilizando niveles térmicos de calefacción con temperaturas de agua bajas -próximas a 40 ºC- y refrigeración con temperaturas de agua elevadas –alrededor de 12 ºC- que optimizan la eficacia de la producción geotérmica y reducen las pérdidas a través del aislamiento. Estas máquinas climatizadoras incorporan recuperación entálpica de energía y freecooling, de modo que se aprovecha al máximo las condiciones interiores y exteriores para reducir el consumo de energía.

La iluminación también persigue el objetivo de reducción de consumo energético, aprovechando la luz difusa del norte para la iluminación de zonas de circulación, que favorecidas por los colores claros interiores, resultan muy luminosas durante los periodos diurnos sin necesidad de luz artificial.

La instalación fotovoltaica, de 60 kWp, complementa estas iniciativas energéticas permitiendo que el edificio reduzca muy sensiblemente su huella energética sin que ello afecte a su imagen, puesto que está perfectamente integrada en una cubierta que, por su repercusión visual, tiene carácter de fachada.

El resultado es un edificio de referencia, desde un punto de vista energético y arquitectónico, que, según los cálculos realizados durante su concepción, prácticamente resulta autoabastecido en términos energéticos.