23.1.2018
Congreso de las Botellas
El proyecto del “Congreso de las Botellas” es una respuesta a los desafíos particulares que una tienda de vinos y bebidas espirituosas, en circunstancias únicas, presentó.
Se ubicando en la periferia de Braga, en el norte de Portugal, al lado de la Universidad del Miño, el cliente requirió un sistema capaz de presentar más de mil botellas diferentes, diseñado de una forma modular y adaptable a otras localizaciones.
Al mismo tiempo, la ubicación elegida por el cliente tenía una serie de características interesantes que pedían una intervención específica, más allá de un diseño genérico: un paisaje natural sobre el río Este mirando al atardecer y que es un espacio de lazer muy procurado por la ciudad y por los estudiantes en particular; y una tienda con dos frentes de vidrio presentando una oportunidad inusual para jugar con la relación interior/exterior.
Segundo Tiago do Vale, “se presentaron tres cuestiones que constituyeron los vectores de desarrollo del proyecto: como se muestran más de mil referencias diferentes tratando a cada una de las botellas como un producto único y especial; como se trata esa especificidad con una solución modular; y como se diseña una solución modular que, mismo así, conteste sin compromisos a las características particulares de un lugar”.
El diseño modular ha traído orden a la presentación de los productos: “Considerando que teníamos más de mil botellas diferentes, cada una con su forma, tamaño, color y rótulo, la modularidad del diseño, con su ritmo y repetición, introdujo una orden deliberada en lo que potencialmente sería un contexto caótico y ruidoso. Sentimos que teníamos necesidad de esa sistematización visual y sutilmente lo reforzamos con la iluminación. Pero necesitábamos también de alcanzar un equilibrio: si lo exagerásemos, cada producto individual se perdería en su contexto.”
El mejor compromiso entre modularidad y individualidad se encontró diseñando cuatro diferentes tipos de caja de presentación, en que cada uno de los diseños es una consecuencia precisa de las formas particulares, de las características de presentación y de las necesidades de reposo de cada tipo especifico de botella.
Cada módulo se compone de cuatro cajas de presentación en pino, con una area de almacenamiento debajo. Se eligió para toda la tienda una paleta de tonos ricos y oscuros, provocando un sentido de lujo y confort, y contrastando con elementos importantes en madera de pino.
“Hay una imagen reconocible de como una tienda de vinos debe ser, con paredes interminables de estantes de botellas y cajas de pino, pero sentimos que ese tipo de tienda de vinos banalizaba el producto. Sin dejar de establecer una conexión a la tienda de vinos tradicional con la utilización de elementos en madera de pino, quisimos presentar el producto como algo realmente especial, como un artículo de lujo, por lo tanto la imagen que siempre tuve en mi mente fue la de una tienda de joyería”.
La tienda se ubica en una tranquila zona residencial, con dos frentes de vidrio, una volviendo al contexto urbano y la otra mirando a un relajante parque, atravesado por el río Este y servido por equipamientos deportivos al aire libre. Se reubicaron los lavabos para maximizar la transparencia de la tienda, resultando en un espacio sin obstrucciones y una vista directa entre la calle y el parque.
Esto permitió una presencia notable de la tienda en la calle, trayendo de forma convidativa su contenido para el exterior, mientras simultáneamente transportando a su interior un paisaje natural bellisimamente cualificado.
Éste no es apenas un lugar para uno visitar: es un lugar para uno se quedar.